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Ceremonias

Del medievo a Star Wars: así son las bodas en Cort

Regidores del tripartito intercambian poemas de amor para personalizar los enlaces matrimoniales, que se celebran en la sala de plenos y el castillo de Bellver

Una boda oficiada en la sala de plenos de Cort en 2005, tras la legalización del matrimonio gay. M. MASSUTÍ

El día de la boda es una jornada especial para las parejas, pero no todas quieren vivirlo con la solemnidad de antaño. Los vestidos clásicos, la marcha nupcial y los votos románticos se han quedado anticuados para algunos contrayentes, que prefieren una ceremonia civil con un toque diferente. Y el Ayuntamiento de Palma intenta cumplir ese deseo.

El departamento de Protocolo, que se encarga de los enlaces matrimoniales, busca fórmulas para personalizar la boda para cada pareja. Y las preferencias son de lo más variopintas. Por ejemplo, hay a quien le aburre la Marcha Nupcial de Mendelssohn y ha preferido la Marcha Imperial de Darth Vader para entrar al patio de armas del castillo de Bellver. Y no ha sido una sola pareja, sino que ya van varios fans de la saga Star Wars que han pedido que la fuerza les acompañe en la salud y la enfermedad.

Otro tipo recurrente de boda temática son las nupcias medievales. Y Bellver vuelve a triunfar como escenario para los enlaces entre templarios y doncellas (o dos doncellas o dos templarios).

Desde la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2005, el Ayuntamiento vivió un auge sin precedentes de las bodas civiles. El tope se alcanzó en 2010 con 339 uniones y desde entonces ha vuelto a bajar a niveles de hace una década con una media de 240 casamientos al año. Durante el 2015, se oficiaron 232 ceremonias por parte de los concejales palmesanos.

La tradición dice que los regidores del equipo de gobierno son los que se encargan de celebrar las bodas, aunque la oposición casa cuando la pareja se lo pide expresamente porque conoce a uno de los ediles. Se turnan y cada uno oficia durante un fin de semana (solo hay bodas los viernes por la tarde y los sábados por la mañana).

El departamento de Protocolo tiene unos textos preparados para conducir la ceremonia. Sin embargo, ningún concejal los sigue al pie de la letra. Los regidores socialistas explican que, cuando se convierten en representantes de la corporación, los antiguos cargos públicos de su partido les entregan unos escritos personalizados con un toque más emotivo. Esa es la herencia recibida en lo que a nupcias se refiere.

De Martí i Pol a Benedetti

El regidor socialista Joan Ferrer cuenta que en las bodas que conduce opta por la poesía en catalán. "Hay una de Miquel Martí i Pol que me gusta mucho", dice. La también socialista Susanna Moll tiene una selección propia de estrofas. Pero entre concejales se han montado una especie de red de tráfico de versos. "Intercambiamos poemas con el regidor Joan Ferrer, a quien también le gusta la poesía", revela Moll.

En la selección poética, Aligi Molina (Som) es fiel a sus principios y opta por los de un antiguo activista de izquierdas. "Me fijo en la edad de la pareja y busco una poesía para leer. De momento la mayoría de las que utilizo son de Mario Benedetti, porque me encantan", comenta.

Antoni Noguera (Més) se inclina por personalizar sus bodas con ayuda de las redes sociales: "Si conozco a la pareja, hago referencia a algunos momentos especiales de su vida. Y si no les conozco intento buscar su perfil en Facebook, para ver si hay alguna canción que les guste".

El área de Protocolo se encarga de tramitar el cobro de las tasas (entre 75 y 425 euros según si la boda da es en Cort o Bellver y los que se casan están empadronados en Palma). Protocolo también realiza un cuestionario previo a las parejas para saber cómo quieren que sea el día de su unión. Buscan cuidar los detalles. Y, aunque hay cosas que se escapan a la competencia municipal, siempre tienen un as bajo la manga. "Estábamos en una boda en el castillo de Bellver y la novia se olvidó de traer el ramo. Nos paseamos sala por sala por todo el castillo para coger flores y trozos de plantas para que se casara con ese ramo improvisado. Y nos quedó muy guapo", señala la concejala del PSOE Juana Maria Adrover.

La responsable de Turismo también es fan de los poemas. "Pero depende de cómo vea a los novios me atrevo a leerlas o no. Los hay que solo vienen con los dos testigos y no ponen música, no hay ambiente romántico", apunta.

También hay a quien le encanta la pompa. La nacionalista Mercè Borràs (Més) lo descubrió en su primera boda. Se casaba una pareja vinculada al ejército. Cuando el novio -de origen germano- entró a la sala de plenos, sonó el himno de Alemania. Y para la novia, el himno de España. La propia Borràs contó entre risas a sus compañeros del tripartito que se quedó blanca al oír la Marcha Real, una melodía que no está en las playlists de los militantes de Més.

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