La decisión está adoptada ya por el equipo de gobierno de Cort y, según el teniente de alcalde de Modelo de Ciudad, Vivienda Digna y Memoria Histórica, Antoni Noguera, no tiene marcha atrás. El monumento al crucero Baleares será historia antes de que finalice el año, según insistió Noguera, quien afirmó que el tripartito de Cort quiere demoler sa Feixina porque "representa la represión a las víctimas del franquismo, por la necesidad de su rehabilitación y para cerrar de verdad viejas heridas".

La intervención se produjo a raíz de una moción de urgencia presentada por el grupo municipal del PP, tras el "éxito" de la concentración del pasado sábado convocada por la Plataforma sa Feixina no se Toca, que consiguió reunir a más de 400 personas en defensa del mantenimiento del monumento.

Cuarta intervención

La portavoz de este grupo municipal, Margalida Durán, recordó que es la cuarta vez que interviene en el pleno a favor del mantenimiento del monolito "y de todo el patrimonio público de Palma". Afirmó que, después de la contextualización realizada por Cort en 2010, ahora "no es un monumento de exaltación fascista".

Recordó asimismo que los partidos del pacto no llevaban en sus programas su demolición, por lo que les acusó de no ser "honestos, claros ni transparentes" para con la ciudadanía.

Criticó que el Ayuntamiento vaya a destinar a su supresión y la posterior remodelación de la zona 160.000 euros el proyecto inicial más ambicioso superaba los 250.000 euros, tal como adelantó este periódico, cuando este dinero se podría utilizar para hacer frente a necesidades sociales más acuciantes.

Recordó que el pasado sábado 14 entidades vecinales ahora ya se han adherido 19 se manifestaron contra su derribo. Aseguró que participaron en la concentración "personas de todos los colores políticos", incluso votantes de partidos de la izquierda. Insistió también que no se trata de "una prioridad ciudadana", por lo que solicitó que se convoque una consulta popular antes de proceder a su demolición.

El grupo municipal Ciudadanos también está en contra de la demolición del memorial. El concejal Pedro Ribas afirmó que en estos momentos "decir que el monolito es un monumento fascista no tiene ni pies ni cabeza". Según este concejal "a la mayoría de ciudadanos sa Feixina les es indiferente porque está ahí desde hace 60 años". Rebatió que del monolito no sea patrimonio de la ciudad pese a que el Consell de Mallorca haya rechazado que tenga valores suficientes para ser declarado como Bien de Interés Cultural (BIC), tal como solicitaron hace meses los grupo del PP de Cort y del Consell.

Para el teniente de alcalde Antoni Noguera, quien ayer se encargó de defender la posición del tripartito en sustitución del concejal de Més Miquel Perelló, "en esta comunidad quien establece si un elemento tiene valor patrimonial o no es el Consell de Mallorca" y recordó que este espacio, que enaltece el franquismo, no tiene ningún valor patrimonial", aunque aceptó que para algunas personas "pueda tener valor sentimental".

En relación al supuesto éxito de la manifestación del pasado sábado afirmó que "si 400 personas son muchas, 100.000 son multitud".

Asimismo, con sorna, reconoció que en la concentración, según el vídeo que tuvo ocasión de ver "participaron ilustres personajes de izquierda como Jorge Campos", presidente del Círculo Balear.

Una máquina de matar

En una de las contrarréplicas, Noguera, recordando los bombardeos del Baleres sobre la población civil indefensa durante la guerra, el teniente de alcalde afirmó que el crucero "fue una máquina de matar personas en Málaga y Alicante", por lo que insistió en que "en esta ciudad a final de año ya no habrá un monumento que enaltece el franquismo".

Con anterioridad al punto presentado por el PP por urgencia en el pleno de ayer, intervino el presidente de la asociación de vecinos es Born de es Molinar, Miquel Obrador, cuya entidad forma parte de la plataforma sa Feixina no se toca.

Obrador recordó que ya son 19 las entidades vecinales que piden su mantenimiento, sin contar otras como Arca, el Círculo Balear o la Fundació Jaume III. Este presidente vecinal alabó la decisión del gobierno de Aina Calvo que, en 2010, decidió mantener el monolito, tras eliminar las inscripciones de exaltación franquista y el escudo preconstitucional.

Acabó su intervención recomendando al equipo de gobierno: "Hablen con los vecinos, escuchen a las entidades. En las dos partes enfrentada hay radicales, pero la mayoría no lo son y es a los que tienen que hacer caso".