Ya se ha desvelado el secreto mejor guardado de Cort (es un decir). La portavoz del equipo de gobierno, Neus Truyol (Més), defenderá en el pleno de hoy que la concejala podemita Antònia Martín no debe ser reprobada por su actuación en la concesión, en 2009, de una beca por parte de la UIB a su marido cuando ella presidía el Colegio de Enfermería. Había morbo en saber si alguien del equipo de gobierno defendería la actuación de la concejala, más que nada porque la oposición del PP puede utilizar la figura de la reprobación por el hecho de que Martín forma parte del gobierno municipal. Se rechazará la votación secreta solicitada por el PP, porque en todas las reprobaciones anteriores se ha realizado el voto a mano alzada y no se considera que este caso deba tener un tratamiento distinto. De todas formas, en el seno del equipo de gobierno, a propuesta de concejales de Som Palma -el mismo grupo al que pertenece la regidora, se barajó la posibilidad de que se aceptara la votación secreta, aunque ellos mostrarían en un cartel el sentido de su voto. Una propuesta que se ha rechazado porque no se quiere añadir espectáculo al ya proporcionado por la propia concejala en la comparecencia fallida del pasado pleno y que ha provocado en parte, tal como manifestó en la comisión el concejal de Ciudadanos Pedro Ribas, que se haya llegado hasta aquí.
Dos céntimos por cada euro en cooperación internacional
El pacto de Cort destina dos céntimos por cada euro del presupuesto municipal (400 millones) a proyectos de cooperación internacional, una cifra que está muy lejos aún del 0,7 % (unos 2,8 millones) al que, según el pacto de gobernabilidad suscrito entre el PSOE, Més y Som Palma, "se debe tender". De todas formas, cabe señalar que, en relación al pasado mandato, se ha dado un paso, ya que Mateo Isern destinó cero euros a subvencionar estos proyectos.
