La compañía sueca Ikea está ampliando sus instalaciones con la construcción de una nueva tienda. La estructura del edificio está siendo levantada en el solar antes ocupado por una parte del aparcamiento de la superficie comercial, justo al lado del actual inmueble de la multinacional. Las obras están divididas en dos fases y la primera consiste en la edificación del nuevo comercio, que finalizará previsiblemente en agosto, por lo que la apertura se realizará después del verano, tal como informaron fuentes de la construcción.

En cuanto a la segunda fase de dicha ampliación, se trata de la creación de un gran almacén, que se ejecutará en el espacio que ahora ocupa la actual tienda, y está proyectado que las obras comiencen el próximo año, según añadieron. La futura edificación no podrá iniciarse hasta que no terminen las obras que se llevan a cabo en estos momentos con el objetivo de que la nueva tienda escandinava sea equipada y abra a los clientes antes de que cierre la existente.

Los orígenes

Las actuales instalaciones fueron inauguradas el 14 de octubre de 1992 en el polígono comercial de Son Malferit y ocupan más de 6.000 metros cuadrados, de los que cerca de 2.000 corresponden a la superficie construida, según la información catastral.

Están ubicadas junto a la vía de cintura, en la antigua sede de la centenaria empresa Alzamora, dedicada a la distribución de productos de alimentación. Una franquicia de la compañía sueca liderada por Anders Alm compró la citada nave en febrero de 1992 y mantuvo su estructura debido a que los almacenes Alzamora fueron construidos solo unos años antes y se adecuaban a las necesidades de Ikea en aquel entonces.

La multinacional de mobiliario y decoración del hogar abrió en Palma la tercera tienda que tenía en España, junto con la de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. Introdujo en la capital balear un pionero concepto de venta de muebles, debido a que era muy novedoso que se adquiriesen por partes y que los propios clientes tuviesen que ensamblarlos en sus casas. No obstante, desde el primer día tuvo éxito. Muchos de los primeros compradores eran extranjeros que conocían esta modalidad de producto, ya que en los años 90 había un centenar de tiendas de Ikea repartidas por todo el mundo.

La superficie comercial de Son Malferit sufrió un grave revés dos meses después de su apertura, ya que se produjo un incendio en el almacén que destruyó parte de la mercancía -principalmente de la campaña de Navidad- y hubo pérdidas valoradas en unos 200 millones de pesetas.