"Tenga” o “tengui” es una de esas fórmulas de respeto que antaño eran de uso común en Mallorca y que hoy están en peligro de extinción. Su desaparición obedece tanto a la evolución del idioma como a la de las costumbres. Este “tenga” encierra un misterio y una descripción de la mallorquinidad. El misterio consiste en descifrar qué diablos significaba esta palabra siempre dirigida por alguien del pueblo, de una clase social baja, a un senyor. En estos casos el senyor podía ser un rico material, pero también podía tratarse del poseedor de un tesoro de carácter intelectual. Podían ser el noble terrateniente, el propietario, el médico o el cura. “Té carrera”, se decía de un licenciado al que debía darse el trato de “tenga”. Como señal de respeto es una palabra muerta. Como el ‘vos’. O el “conco”, que siempre entendí una forma reverencial de dirigirse a un tío.
“Tenga” también era una prueba de la tacañería de los mallorquines en la expresión oral. O ahorro, si en lugar de entender como defecto esta característica de nuestra forma de ser, queremos convertirla en virtud. Es palabra tan recatada como el “uep”, campeona del mundo de polisemia. “Tenga” o “tengui” es un tercio de “bon dia tenga” o un 20% de “que tengui un bon dia”.
“Tenga” ya no se escucha en las calles de Palma. Por la evolución del lenguaje, que así encumbra como sepulta las palabras, Quizás. Pero su desaparición obedece sobre todo al triunfo del tuísmo que ha arrinconado las fórmulas de cortesía imperantes hasta hace unas décadas. “Tú”, espetan el vendedor o la vendedora de la pequeña tienda o del gran almacén a quien has dirigido por primera vez la palabra. Un tú que difumina las fronteras entre el cliente y el vendedor, quien tiene que seducir y quien debe ser seducido. “Tú” disparan los alumnos a algunos profesores, algo que quizás no rompa el debido respeto a la autoridad del docente, pero que en cualquier caso no la refuerza. Con un “tú” te para un desconocido para pedirte la hora o un cigarrillo.
Tenga es, en definitiva, una palabra vencida, doblegada y arrinconada por miles de tus.
