El funcionario de la cárcel de Palma amenazó a El Ico con colgarle en la celda que ocupa en la prisión si se negaba a firmar la carta manuscrita, con la que se pretendía exculpar a uno de los policías locales implicados en la trama corrupta. Esta extorsión se detalla en el auto de prisión que dictó el pasado martes el juez Manuel Penalva, que concluyó que la gravedad de los hechos protagonizados por este trabajador de la cárcel merecían su inmediato ingreso en prisión.

Francisco Fernández Cortés, El Ico, viene sufriendo reiterados episodios de amenazas desde que se conoció que es uno de los testigos protegidos que han implicado a varios policías locales en esta trama corrupta. El pasado viernes el juez le llamó a declarar para que se enfrentara en un careo a varios de los policías a los que implica en estos hechos tan graves. El joven contó que un funcionario de la cárcel, que también le había facilitado hachís, le había intentado convencer que presentara en el juzgado una carta, en la que se retractaba de las acusaciones que había hecho, sobre todo hacia un policía, el sindicalista Jaime Garau, al que acusa de haberle amenazado. Seguramente el funcionario desconocía que el joven, que está en prisión por el impago de una multa, es analfabeto. Al no saber ni leer, ni escribir, fue incapaz de entender el contenido de la carta manuscrita. En cualquier caso, se negó en rotundo a firmarla, entre otras cosas porque tampoco sabe hacer una rúbrica y se limita a firmar con la huella de su dedo índice.

El joven contó al juez que el funcionario, que trabaja en el módulo en el que está interno, fue quien le propuso que firmara dicho documento escrito. Al mostrar su oposición y al insistirle que no estaba dispuesto a retractarse de las acusaciones que había hecho, el funcionario, según el preso, le señaló que estaba dispuesto a colgarlo con una prenda en los barrotes de su celda, hasta ocasionarle la muerte. Ni estas amenazas fueron suficientes para convencer al traficante de Son Banya, que no solo no se ha retractado de las acusaciones, sino que incluso ha dado más datos para demostrar que lo que ha contado se ajusta a la realidad.

Lo cierto es que hasta ahora el juez Penalva y el fiscal Subirán están dando más credibilidad a El Ico, a pesar de su condición de delincuente, que a los policías locales a los que ha implicado en la trama. El pasado viernes se mostró muy enérgico y mucho más convincente cuando el juez le sometió a un careo con tres de los policías. Entre ellos, se encontraba el citado Garau, que pese a que había quedado en libertad apenas tres semanas antes, volvió a ingresar en la cárcel porque se sospecha que estaría detrás de la redacción de dicho manuscrito de exculpación. De momento no se sabe el autor de dicho escrito, dato que están intentado averiguar los investigadores. No se descarta que se hagan pruebas caligráficas a los policías implicados.