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Procedimiento

Cort elige los espectáculos según el público para evitar polémicas como la de los títeres

Cuenta con programadores culturales que conocen el sector y controlan previamente todas las actuaciones propuestas

Un espectáculo de animación infantil durante la fiesta de Sant Sebastià Petit de este año.

Cort tiene dos criterios básicos de selección para los espectáculos que programa: el tipo de público al que van dirigidos y el lugar donde se representarán. Para asegurarse de que realmente se ofrece una actuación adecuada a estas dos premisas, el área de Cultura del consistorio cuenta con expertos en programación cultural que conocen el sector y supervisan previamente todas las obras propuestas, tal como explica la coordinadora, Noemí Garcies. Ninguno de los criterios se aplicó a la hora de programar el espectáculo de los titiriteros de Madrid que estuvo en boca de todos durante la semana pasada. “Es un control necesario porque si las actuaciones no estuviesen reguladas según el público al que se dirigen, no podríamos tener obras satíricas, eróticas, trágicas, de humor negro, etc.”, en palabras de la coordinadora.

Garcies incide en que es muy importante que la propuesta que se ofrezca para un lugar abierto -como ocurrió en Madrid- “sea para todos los públicos”. Por ejemplo, puede haber niños en las proyecciones organizadas por Cort en verano en el Cinema a la Fresca, por lo que “lógicamente, no habrá una película erótica”, en palabras de la responsable de Cultura del Ayuntamiento.

El departamento que coordina escoge los espectáculos por tres vías diferentes: “Se puede abrir una convocatoria pública y las empresas del sector presentan propuestas, que los técnicos de Cultura se encargan de valorar; se puede contratar directamente a las compañías por su interés y se puede hacer una cesión de uso a un organizador externo”, como se realiza cada año con el Festival Internacional de Teresetes.

En todos los casos, “se solicita el proyecto por escrito”, además de “un resumen de prensa y un audiovisual o un enlace [a una página web] para saber cómo es la actuación o actividad y valorar si encaja con lo que se pretende ofrecer”, según explican desde el área de Participación Ciudadana, donde también se encargan de organizar numerosos eventos, como por ejemplo Sant Sebastià Petit, y funcionan del mismo modo que el departamento de Cultura. De todos modos, Noemí Garcies indica que “en Mallorca no hay una gran diversidad de compañías de espectáculos, por lo que los programadores suelen conocer bien el sector debido a su bagaje profesional. Si son nuevas iniciativas y las desconocen, es muy fácil documentarse gracias a internet”, argumenta.

En el hipotético caso de que un artista o grupo no represente lo estipulado en el contrato -“que obviamente es obligatorio y en él se recoge todo lo acordado”-, “Cort se reserva el derecho de suspender la actuación y pedir responsabilidades”, concluye la coordinadora cultural.

“Perfil de público marcado”

Entre las actividades del Institut d’Estudis Baleàrics (IEB), hay dos directamente relacionadas con la programación de obras: “La promoción de espectáculos de las islas en ferias y festivales de fuera, firmando convenios para que incluyan compañías de Balears”, y “la organización de la Fira B!, de artes escénicas”, tal como explica el director del IEB, Josep Ramon Cerdà.

En ambos casos, “el perfil del público está muy marcado, por lo que hay que conocer bien qué ofreces o programas. Cada feria tiene un destinatario diferente y los organizadores nos piden orientación para escoger a los grupos o artistas adecuados”. Por este motivo, Cerdà cree que “lo ocurrido en Madrid fue un error, no se puede ofrecer nada que no hayas visto, han metido la pata, aunque no hay que ir más allá. Sin embargo, han criminalizado este espectáculo por una cuestión totalmente ideológica”.

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