Diario de Mallorca

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Crónica de antaño

140 años construyendo la plaza Mayor

Los arcos de la Plaza Mayor. B. Ramon

"La plaza Mayor. Esta plaza se levantó en el solar que antes ocuparon la Casa de la Inquisición y el convento de Sant Felip Neri". Con un breve comentario como este, describen las guías turísticas de Palma el origen de la plaza Mayor. Al leer esta explicación, uno puede imaginarse que en un momento dado el Ayuntamiento de Palma, aprovechando que se podía ocupar un extenso solar antes ocupado por dos vetustos edificios, decidió construir, de golpe, una amplia plaza sin precedentes en la ciudad. Nada más lejos de la realidad. La creación de la plaza Mayor fue un lento proceso, cuya idea fue cuajando en diferentes etapas, paso a paso, durante muchas décadas.

Cuando desapareció la sede del tribunal de la Inquisición, en 1823, quedó un solar rodeado por una tapia. El Ayuntamiento de Palma tenía mucho interés en él, pues hacía años que buscaba una nueva ubicación para la pescadería, pues la antigua, ubicada en la plaza del Rastrillo, no reunía las condiciones sanitarias necesarias. En aquellos momentos se consideraba de vital importancia el tema de la salud pública. No hay que perder de vista que en 1820 y 1821 se habían dado casos de peste bubónica en Mallorca y la fiebre amarilla había asolado la ciudad. En este sentido, el solar de la antigua Casa Negra se presentaba en un sitio elevado, ventilado, dotado de agua (en su subsuelo pasaba la acequia real, canalización de agua de origen islámico) y, además, era un lugar bien comunicado con el resto de la ciudad. Por tanto, no debe extrañar que el Ayuntamiento estuviese muy interesado en adquirirlo.

El 11 de diciembre de 1833 el Ayuntamiento de Palma se posesionó definitivamente del solar. El 24 de marzo de 1834 se realizaron obras destinadas a nivelar el terreno. Pero cuando los técnicos municipales quisieron realizar un anteproyecto de la nueva pescadería no tardaron en percatarse de que el solar disponible era insuficiente para construir los nuevos tinglados. Por ello, solicitó la cesión del exclaustrado convento de Sant Felip Neri, el cual confrontaba con el solar municipal. Al enterarse de las intenciones del Ayuntamiento, la Diócesis de Mallorca forzó una negociación del justiprecio a pagar por el convento que se quería expropiar. Como la construcción de la nueva pescadería era un tema de cierta urgencia, y viendo que el contencioso sobre el exconvento de los filipenses iba para largo, el Ayuntamiento decidió construir un primer edificio en el solar de la Casa Negra. Se construyeron dos cobertizos rectangulares, uno para la venta del pescado y otro para la venta de hortalizas. A mediados de 1839 el nuevo mercado estaba en funcionamiento. Al mismo tiempo, en la cuesta de la Pescadería (hoy Costa del Teatre) se construyeron una serie de casas (botigues), destinadas a diferentes usos comerciales en planta baja y alquiler como viviendas en los altillos. Insistió el Ayuntamiento en expropiar el convento de Sant Felip, pero no lo consiguió hasta el 1854. A finales de ese mismo año quedó demolido con lo que se pudo añadir a la plaza una nueva e importante área.

A pesar de las dificultades y de la lentitud de las expropiaciones y las obras, la nueva ubicación del mercado de Abastos (así era denominado) fue un éxito. Durante el siglo XIX se demolieron algunos edificios más de la zona. Hacia 1862, se evidenció que el Ayuntamiento tenía la intención de construir una gran plaza en este lugar. Precisamente, ese año se la bautizó con el nombre de plaza Mayor. Ese mismo año se aprobó la apertura de una nueva calle para conectarla con la plaza de Cort (la calle Colom). Y parece ser que también fue por esas fechas (1864) que se decidió el alzado de los edificios porticados que deberían delimitar la plaza. Todas sus fachadas deberían tener el mismo aspecto llegando, incluso, a definir su color: "betún arenisco".

Cuando se empezaron a construir los primeros edificios porticados del lateral de la calle de Sant Miquel, se tuvo que derruir la casa que, según la tradición, había visto nacer a Ramon Llull. En aquel lugar, desde 1609 había existido una pequeña capillita que con las obras de la plaza también desapareció. Por este motivo, en 1888 la Societat Arqueològica Lul·liana colocó una placa conmemorativa en la nueva fachada de la plaza Mayor, recordando al insigne mallorquín: "En aquest lloch estava, segons tradició, la casa natalicia del gran savi y benaventurat martir Ramon Llull".

El 1894, el ingeniero Bernardo Calvet y el arquitecto municipal Manuel Chapuli realizaron el "Proyecto de reforma de la plaza Mayor". Entre las propuestas a ejecutar estaban la del alcantarillado, canalización y empedrado, substitución de los tinglados en uso, de madera, por otros de hierro, y construcción de pilares y columnas de fundición, sustituyendo los soportes de la sillería. El proyecto se empezó a ejecutar en 1897, aunque se paralizó al poco tiempo.

Ya en el siglo XX, en 1914, se presentó un anteproyecto realizado por el arquitecto Francisco Roca, y modificado parcialmente por el ingeniero Pedro Garau Tornabells: "Anteproyecto del mercado y urbanización de la plaza Mayor". Las ideas propuestas por estos dos técnicos eran las de acabar la urbanización de la plaza, ampliar la calle Costa del Teatre, y demoler la pequeña manzana de Cirerols (actual plaza Marquès del Palmer) para facilitar la comunicación entre las plazas de Cort y Mayor. También proponían construir en el centro de la plaza un nuevo mercado de hierro, hormigón y cristal, con recubrimiento cerámico. Esta fue la última vez que se propuso mantener el mercado en la plaza Mayor, pues muy pronto se propondría trasladarlo al antiguo solar del convento del Olivar.

Por comentarios del arquitecto Gaspar Bennàzar, sabemos que existía una opinión generalizada entre los palmesanos de querer dar a la plaza Mayor un aspecto parecido al de la plaza Real de Barcelona o la plaza Mayor de Madrid. La gente quería ver la plaza despejada. Tanto Gaspar Bennàzar, en su Plan General de Reforma de Palma (1916), como Guillem Forteza, ambos arquitectos municipales, estuvieron de acuerdo en trasladar el Mercat d´Abastos de la plaza Mayor al Olivar. Ahora bien, Bennazar no quería aislar la plaza, pues "La plaza Real de Barcelona, como la plaza Mayor de Madrid son hermosas; pero es triste. La plaza cerrada, generalmente no tiene más vida que la que proporciona por ella misma, y no teniendo grandes vías que la crucen, necesariamente su movimiento ha de ser reducido", por lo que proponía dejar el lado sureste abierto, pues "el desnivel nos permite su dominio, dominación que se extiende al campo, a las lejanías, bien difíciles de contemplar en centros urbanos". En cambio, Forteza pensaba que se debían cerrar todos los lados de la plaza con las fachadas porticadas y dejarla al margen de cualquier circulación. Sorprendentemente, Forteza también proyectó, en el costado donde había existido la casa natal de Ramon Llull, un centro de investigación, museo y biblioteca de dedicado al sabio medieval.

La falta de dinero y la Guerra Civil truncaron cualquier tipo de nueva actuación en la plaza. Hubo que esperar al Plan General de Alineaciones y Reforma del arquitecto Gabriel Alomar para reactivar el proyecto de trasladar el mercado de Abastos a una nueva plaza en el solar del antiguo convento del Olivar. Alomar también entendió la plaza Mayor como un elemento de prestigio urbano, por lo que defendió su cerramiento mediante cuatro fachadas porticadas iguales, con la intención de lograr su unidad arquitectónica. Al mismo tiempo solucionaba el desnivel de la plaza con el paseo de la Rambla proyectando una escalera monumental -poco que ver con la que finalmente se construyó-. En los años cincuenta se reanudaron las obras, aunque se fueron realizando lentamente. En 1969, cuando todavía no se había conseguido acabar todas las fachadas porticadas de la plaza, se decidió excavar la plaza Mayor -hasta trece metros de profundidad- con la intención de llegar al nivel de la Rambla. La intención era construir cinco plantas, cuatro destinadas a aparcamientos de coches, mientras que la superior estaría reservada a un centro comercial. Para poder ejecutar las obras, el Ayuntamiento otorgó la concesión de los aparcamientos a una empresa particular (Aparcamientos Insulares S. A.). Las obras empezaron en 1970. Los más mayores recordarán la pasarela de hierro colgante que se colocó para poder atravesar la plaza durante las obras. La plaza Mayor se inauguró en 1973.

(*) Cronista oficial de Palma

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