La sede social del Club Marítim Molinar de Llevant deberá realizar obras con carácter de urgencia por razones de seguridad. Los directivos de la entidad tienen una orden del Ayuntamiento de Palma para ejecutar varias reparaciones en la estructura del edificio, que desde mediados de diciembre tiene parte de la planta baja apuntalada.

La obra de mayor envergadura será el desmontaje de la cubierta de la torre del edificio, un elemento muy característico de un edificio emblemático para el barrio del Molinar.

La directiva del club deberá quitar la cubierta de la torre, que está hecha de uralita, porque las barras metálicas que la sostienen están corroídas por el óxido y los funcionarios de Urbanismo de Cort temen que pueda "producirse un derrumbe".

Las vigas de madera también se encuentran en mal estado tras estar expuestas durante años al salitre. Y lo mismo sucede con el cerramiento de obra de la torre, que muestra "importantes fisuras", según los técnicos municipales. Si no se pueden reparar, el club náutico también deberá demoler las columnas que sostienen el techo de la torre.

Los daños por la antigüedad del edificio, que fue construido en 1927, se extienden más allá de la planta superior. Desde el 14 de diciembre una parte de la sede social, donde está situado el restaurante del club náutico, permanece apuntalada. En los bajos del edificio deberán colocar unos perfiles metálicos alrededor de las ventanas para reforzar la estructura. También deberán arreglar los pilares donde se apoya todo el peso del edificio, porque el hormigón se está resquebrajando y las barras de acero que están dentro de las columnas se están desmembrando.

En un informe redactado por el departamento de seguridad de los edificios, los funcionarios del Ayuntamiento de Palma constatan que la estructura se encuentra en un "grave estado" y existe un riesgo de derrumbe "que se podría producir por la rotura del hormigón y el armado [las barras metálicas interiores] de los pilares de la planta baja".

El presidente del club náutico, Rafel Vallespir, asegura que los problemas "no han aparecido por falta de mantenimiento, sino porque el edificio no tiene una base sólida". El salitre, el oleaje y el bajo nivel freático han afectado la construcción, según los arquitectos del club náutico.

Vallespir afirma que en 2009 invirtieron unos 8.200 euros en obras de reparación de la torre. Entre 2010 y 2014 han gastado otros 30.000 euros más en mantenimiento de las instalaciones terrestres, según los datos aportados por el presidente.

El regidor de Urbanismo, Antoni Noguera (Més), confirmó que Cort ha dictado las medidas cautelares de apuntalar y desmontar parte de la torre para evitar riesgos "mientras el club náutico prepara el proyecto de obra para arreglar el edificio de forma definitiva".

Noguera agregó que la cubierta de la torre podría desprenderse en caso de lluvia fuerte o climatología adversa. "En el consejo de administración de la Autoritat Portuària de Balears informé del tema y un inspector también ha revisado las instalaciones", agregó el concejal econacionalista.

La ampliación, parada en Madrid

Por otra parte, el proyecto de ampliación que planteó el Club Marítim Molinar de Llevant sigue su tramitación y está atascado en Madrid. El Ministerio de Fomento, a través del organismo público Puertos del Estado, es quien debe decidir ahora si continúa la iniciativa para que el náutico del Molinar disponga de 220 amarres frente a los 120 actuales y multiplicar por cuatro la superficie ocupada (de 10.000 a 40.000 metros cuadrados). Vallespir se ha reunido con el presidente de la Autoritat Portuària de Balears, Joan Gual de Torrella, que le transmitió su predisposición a reformar las instalaciones actuales, pero no a ampliarlas.

Sin embargo, el presidente del club náutico insiste en que "nadie ha presentado un plan alternativo para conseguir que sobreviva un club náutico centenario" y que el equipo de gobierno de Cort no ha aceptado su propuesta de someter la ampliación del club a una consulta ciudadana.