El PP y el equipo de gobierno tripartito (PSOE, Més y Som Palma) se enzarzaron este miércoles en una nueva guerra de símbolos. Esta vez sobre las medallas de la ciudad, las que reciben los regidores por su condición de cargo electo de Palma. Cort ha decidido retirar la cinta con los colores de la bandera de España que acompañaba a las insignias. Los regidores del PP se negaron a lucir el emblema sin la cinta rojigualda e intentaron utilizar las medallas antiguas durante los actos institucionales de ayer de la víspera de la Festa de l'Estendard, la fiesta civil más antigua de Europa. Solo el popular Álvaro Gijón, que tenía otras medallas en su casa por haber sido regidor antes, portó la cinta española.

La reina Isabel II concedió en 1851 el privilegio a los concejales de Cort de lucir la medalla de la ciudad en los actos oficiales. La discusión política reside en si la medalla de la ciudad debe ir acompañada obligatoriamente de la cinta de la bandera de España.

La tesis del PP es que la insignia siempre se ha llevado con la cinta de la bandera rojigualda. En anteriores fiestas del Estendard los concejales del PSM o de Més se negaban a lucir el emblema que distingue a los regidores por tratarse de un símbolo de la Corona española. Los nacionalistas solo lucían el escudo de Ciutat en forma de pin.

Ahora el tripartito ha optado por cambiar la cinta española por un cordoncillo rojo y amarillo rematado con un nudo morado, es decir, con los colores de la bandera de Balears. Su teoría es que la insignia no tiene por qué ir con una cinta en concreto, sino que el privilegio de la medalla de la ciudad solo afecta a la medalla en sí.

Los concejales del PP se declararon "insumisos" ante la decisión del equipo de gobierno y han solicitado medallas con la cinta antigua a exregidores de su partido para lucirlas durante los actos del Estendard de este jueves.

Sin embargo, los de Més tampoco la portaron, a excepción de Miquel Perelló. El próximo alcalde, Antoni Noguera, anunció que este jueves sus regidores sí llevarían por primera vez la medalla de la ciudad ahora que Cort la ha desprovisto de la bandera de España.

Menos follón en la ofrenda

La guerra de símbolos entre los populares y el tripartito fue la anécdota política durante la jornada de la ofrenda floral a la estatua del rey Jaume I en la plaza de España. A las ocho de la tarde comenzó el acto institucional que conmemora la entrada de las tropas cristianas a Palma.

Asistieron 22 de los 29 ediles de la ciudad. Faltaron una regidora de Més, una del PP y los cinco representantes de Som Palma (Eva Frade sí confirmó asistencia pero se encontró indispuesta).

El acto discurrió con más tranquilidad que en ediciones anteriores, sin gritos a la llegada de los representantes institucionales. Pero a los cinco minutos arrancaron los insultos entre independentistas y españolistas, separados por numerosos efectivos policiales. El cordón de seguridad les distanció más que otros años, lo que redujo las protestas.

"Boti, boti, boti, català qui no boti" o "catalanistes, terroristes" fueron algunos de los cánticos proferidos por el bando españolista. "No vos senten, sou quatre rates", les replicaron los catalanistas.

Veinticinco entidades y cinco instituciones públicas -incluido el Ayuntamiento de Palma- participaron en el acto, una cifra similar a la de 2014. Como novedad, Cort instaló unas 200 sillas para el público. La ofrenda fue conducida por el jefe de comunicación del Ayuntamiento y expresentador de IB3, Joan Carles Palos.

Mientras los Tamborers de la Sala repicaban, una a una las asociaciones depositaron ramos o coronas florales a los pies de la estatua. El Centre Sa Falcona llamó la atención al realizar la ofrenda con tres rapaces domesticadas. También sorprendió el presidente del PP balear, José María Rodríguez. Mientras los catalanistas abucheaban a los representantes de Nuevas Generaciones, Rodríguez vitoreaba a los suyos con un "bravo, bravo". La ofrenda finalizó con La Balanguera interpretada por la banda de música municipal.

Una hora antes del acto en la plaza de España se celebró la misa en la iglesia de Sant Miquel. Acudieron 16 ediles: casi toda la oposición y solo cuatro del equipo de gobierno. El obispo, Javier Salinas, ofició la eucaristía, a la que asistió menos de un centenar de feligreses. La celebración religiosa se completó con la salve a la Mare de Déu de la Salut, patrona de la ciudad, en la capilla lateral de la parroquia.

El Estendard, a las 10h en Cort

El día grande de la Festa de l'Estendard es este jueves. A partir de las diez de la mañana en la plaza de Cort comenzarán los actos oficiales con la colocación del pendón real frente al Ayuntamiento. A las doce se leerá el poema La Colcada, de Pere d'Alcàntara Penya. La jornada concluirá con la entrega de las cinco medallas de oro de la ciudad a personajes ilustres de Palma y el discurso del alcalde, José Hila.