El nuevo sistema de recogida de trastos de Emaya se lleva más del 75% de los muebles viejos que hay en la calle, mientras que el 25% restante se retira fuera del horario o de los días autorizados. Según los datos que facilitó ayer la presidenta de Emaya, Neus Truyol (Més), al pleno del Ayuntamiento, el sistema es el doble de efectivo que la anterior recogida a domicilio.

"Antes con el servicio oficial se recogía el 34% de los trastos, mientras que los servicios no programados [muebles abandonados junto a los contenedores] suponían el 66% de los residuos voluminosos que se llevaba Emaya", afirmó Truyol, quien también es concejala de Ecología.

Los datos aportados por la regidora señalan que Emaya ha retirado de las calles 215 toneladas de enseres viejos en quince días. De esa cifra, 165 toneladas -tres cuartas partes- se han recogido mediante el sistema oficial, sin contar los electrodomésticos o los escombros. Las 50 toneladas restantes proceden de los refuerzos para retirar trastos en barrios con alto grado de incivismo. Además, la presidenta de Emaya detalló que 630 objetos se han quedado sobre las aceras con una etiqueta naranja: se trata de electrodomésticos u otros productos que no entran en el nuevo sistema de recogida y se deben llevar personalmente a un punto verde.

"La previsión es que en el mes de diciembre superaremos las 400 toneladas. El mismo mes del año pasado el servicio a domicilio se llevó 361 toneladas: se recogían menos residuos con más personal", agregó Truyol.

El PP critica el sistema

La concejala econacionalista aportó estos datos a raíz de una queja de la regidora del PP, María José Bauzá. La popular mostró fotos de numerosas barriadas de Palma donde hay colchones, muebles y otros trastos en mitad de la acera o junto a los contenedores de basura. "La mejora de la calidad urbana no se está produciendo. Hay colchones durante días en la calle. Los trabajadores de este servicio se nos han quejado porque tienen una enorme presión", declaró Bauzá.

La edila también denunció que la campaña de publicidad Tira'm els trastos ha costado 48.000 euros pero "no está cumpliendo su función", porque la ciudadanía no está informada de cómo funciona el nuevo sistema de trastos.

Truyol replicó que las fotos con trastos en mitad de Palma son "una muestra de que el sistema no es perfecto". "En quince días no podemos esperar que medio millón de personas conozca el nuevo sistema. Consideramos importante hacer inversiones en sensibilización y comunicación, pero la realidad va mas allá de esas fotos", agregó.

Por último, explicó que la veintena de operarios que ahora no se dedica a la recogida de trastos se ha dedicado a reforzar el departamento de limpieza de las calles de la ciudad.