Los técnicos de Patrimonio del Consell de Mallorca han concluido que el monumento al crucero Baleares que se levanta en sa Feixina no tiene suficiente valor histórico-artístico como para ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC) o Bién Catalogado, tal como solicitaron los grupos del PP en Ayuntamiento de Palma y en la institución interinsular.

Si bien el dictamen de los técnicos no es favorable a la preservación patrimonial del monolito, será la ponencia técnica la que, en su reunión prevista para hoy, se pronuncie al respecto.

Este órgano está integrado, además de por los técnicos en Patrimonio del Consell de Mallorca, por representantes de otras trece instituciones, entre ellas el Obispado, los colegios de aparejadores y arquitectos, Arca y la Societat Arqueològica Lul.liana.

Algunas de estas asociaciones y entidades, como Arca, se han pronunciado a favor de que el monolito cuente con alguna de las figuras de protección propuestas por el grupo conservador. Por ello, no está claro que la ponencia técnica del Consell de Mallorca se pronuncie en el mismo sentido que el dictamen de los técnicos de la institución supramunicipal. En cualquier caso, probablemente la decisión no será unánime, ya sea en un sentido o en otro.

Sea como sea, se prevé que el resultado de la ponencia técnica de hoy sea tratado en la comisión del Patrimonio que se celebrará el próximo martes. Será esta comisión, integrada por representantes de los distintos partidos políticos presentes en el Consell de Mallorca, la que finalmente propondrá el acuerdo a adoptar.

En el caso de que el monolito no sea protegido patrimonialmente (con la declaración de BIC o Bien Catalogado), el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma ya ha anunciado que va a proceder a su demolición, conservando, eso sí, los bajorrelieves de las flechas navales. De hecho, los técnicos del departamento de Infraestructuras ya tienen el encargo de redactar el proyecto de demolición, cuya ejecución se paralizó tras la solicitud del PP para su preservación.

Informe de Cantarellas

El dictamen de los técnicos del Consell va en la misma línea que el emitido, en septiembre de 2009, a petición del Ayuntamiento de Palma, por la catedrática de Historia del Arte de la Universitat de les Illes Balears (UIB) Catalina Cantarellas.

Cantarellas analizó, en un informe de 22 folios, la legislación sobre el patrimonio y sus valores; las circunstancias de la construcción del monolito y las características del monumento. Además, describió su significado, el análisis formal de la construcción y su emplazamiento. Concluyó que el monumento al crucero Baleares "no tiene la relevancia patrimonial suficiente para proceder a su protección según los parámetros científicos y patrimoniales establecidos para el valor artístico y el resto de valores que pudieran concurrir". En consecuencia, la profesora consideró que "debe desaparecer", aconsejando "desmontar y guardar los relieves escultóricos".

En sus conclusiones, Cantarellas afirma que, si bien se trata de una obra que "formalmente tiene cierta corrección arquitectónica y sobretodo escultórica, no va más allá y, en consecuencia, es completamente prescindible dado su falta de valor patrimonial". Además, según la profesora, "ocupa un espacio público, al que no hace ninguna contribución sino que el contraviene".

Asimismo, recuerda que "no goza del reconocimiento ciudadano general" ya que "para un sector del colectivo social tiene connotaciones de dolor, represión y muerte vinculadas a un régimen ilegal". Además, "su estado de conservación es regular, está incompleto, sin la estatua central, lo que solo está permitido en un bien no protegido".

En síntesis, Cantarellas concluye que "es una estructura que tiene su razón de ser no en función de su valor arquitectónico y artístico sino como medio de hacer valer, con pretensión de eternidad, unas determinadas ideas".