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Entrevista

Nazanín Armanian: "La islamofobia identifica a los terroristas y los fanáticos con todos los musulmanes"

Nazanín Armanian (Shiraz, Irán, 1961) visitó Palma esta semana para asistir a un ciclo de conferencias del Ayuntamiento con motivo del Día Mundial...

Nazanín Armanian (Shiraz, Irán, 1961) visitó Palma esta semana para asistir a un ciclo de conferencias del Ayuntamiento con motivo del Día Mundial de las Personas Migrantes, que se celebra el próximo viernes. Politóloga y profesora universitaria, impartió una charla sobre islamofobia y occidentofobia.

-¿Qué propone para hacer frente al terrorismo de Dáesh?

-Primero hay que entender su origen. El yihadismo es externo a las sociedades musulmanas. No es su fruto natural. Las sociedades de Oriente Medio avanzaban hacia estados laicos. El fenómeno yihadista aparece en 1978 en Afganistán e Irán como un grupo usado por EEUU contra la Unión Soviética. Cuando entran en Afganistán, hay un gobierno marxista.

-¿Y los cambian por gobiernos conservadores?

-Los yihadistas representan a la extrema derecha en los países de Oriente Medio. Es violenta y belicista. Aparecen directamente financiados por EEUU. No es una teoría de la conspiración: ellos lo reconocen. Querían derrocar a la Unión Soviética encerrándola entre países de extrema derecha.

-¿Por qué continúa este fenómeno cuatro décadas después?

-El uso de la religión con intenciones geopolíticas sigue hasta hoy porque les ha dado magníficos resultados. Lo utilizan para expandir su militarismo.

-Volviendo al principio, ¿cómo se puede combatir a Dáesh?

-Dáesh son mercenarios contratados por países de Oriente y Occidente para derrocar gobiernos y poner otros. La clave es quién les proporciona los vehículos o las armas: Catar, Jordania, Israel o Turquía financian al Estado Islámico. Si queremos evitar atentados, hay que ir contra las fuentes de financiación de estos grupos. Les pagan amigos de Occidente.

-¿Cuál será el escenario que vendrá en el futuro?

-Mandarán tropas de Dáesh a Irak para determinar qué territorios controla cada país. Luego irán a Libia, que era uno de los países más desarrollados de África a pesar de que Gadafi fuera un dictador. Allí han desmantelado el estado y la administración.

-¿Y ahora es un estado fallido?

-Exacto. Es lo que quieren: convertir estados vertebrados en estados fallidos. Han hecho lo mismo en Yemen, donde hay una guerra silenciada. Esa lucha es por un gasoducto, no por la religión. ¿Cuánto están invirtiendo en estas guerras? ¿Qué van a ganar? Los terroristas islámicos no son tantos.

-Usted ha venido a Palma para impartir una conferencia sobre islamofobia y occidentofobia. ¿Entiende que haya personas que reaccionen contra el islam tras ataques como los de París?

-No hay que confundir el Oriente musulmán con la extrema derecha islamista, igual que nosotros no debemos confundir las poblaciones cristianas de Occidente con sus mandatarios belicistas. Los occidentófobos buscan guerra con Occidente y los islamófobos, con Oriente. No con el islam ni con el cristiano. Los líderes de países occidentales que divulgan la islamofobia tachan de forma indirecta a todos los inmigrantes musulmanes y al islam.

-¿La islamofobia es el miedo a una cultura desconocida?

-Es una pseudodoctrina que se difunde en los medios de comunicación de forma sutil. Identifica a los terroristas o a los fanáticos con la totalidad de los 54 países musulmanes. El objetivo es crear un conflicto entre civiles contra los inmigrantes para justificar la ocupación de las zonas petrolíferas del mundo islámico.

-¿Cómo se puede evitar que alguien sienta rechazo o incluso miedo al ver a un musulmán?

-Lo primero es no identificar el islam violento con las personas musulmanas que vienen aquí a trabajar y mejorar su situación económica. Los pañuelos no significan que sean extremistas. Y los musulmanes deben luchar por un estado laico, que se desmarque de la religión.

-¿Y prohibir el velo en colegios públicos como hizo Francia?

-Me parece bien. Ningún padre, sacerdote o imán tiene derecho a adoctrinar a los menores de 18 años. Cuando sean mayores tendrán tiempo de elegir su religión.

-En los países árabes se produce lo contrario, la occidentofobia.

-La occidentofobia es un fenómeno elaborado por extremistas musulmanes para impedir avances sociales. Tachan de occidental todo lo que sea progreso y avance social. Por ejemplo, los derechos de la mujer. Dicen que el feminismo es un término occidental. Y no es así: el primer país que declaró a las mujeres iguales fue Azerbaiyán, del Oriente musulmán. Para ellos, esos avances están mal, en cambio las armas y los radares están bien.

-También viene a hablar del machismo en el mundo musulmán. Usted nació en Irán. ¿Qué pasó en su país para que las mujeres pudieran ir en bañador en los años 70 y ahora no?

-Irán es la primera reserva de gas del mundo y la tercera de petróleo. Aparecieron grupos que tomaron el poder como parte de la lucha contra la URSS. La religión abortó la revolución iraní y frenó los avances sociales.

-¿Por qué se fue al exilio?

-Participé en la revolución contra el sha, que tenía tres consignas: libertad, justicia social e independencia de EEUU. Tras esa revolución, apareció el ayatolá Jomeini e incluso perdimos el derecho a elegir el color de nuestra ropa.

-El código de vestimenta iraní prevé multas por no vestir el velo obligatorio.

-Y no permiten escoger el color de la ropa. Cerca de 5,5 millones de iraníes hemos salido del país. Es casi una dictadura religiosa.

-Hay un fenómeno que siempre me ha causado curiosidad: el auge de las rinoplastias.

-El pueblo de Irán es alegre y extrovertido y eso choca con la naturaleza del régimen político. Es un pueblo marcado por el hedonismo y el culto a la vida. El islam, como la mayoría de religiones, rinde culto a la muerte. No pueden maquillarse ni vestir falda. A las mujeres lo único que se les ve es la cara y por ello se operan la nariz. Por ese mismo motivo, a las peluquerías les han prohibido depilar las cejas de los hombres. Se está implantando un culto a la belleza e Irán es la meca de las operaciones de nariz del mundo.

-La falta de libertades se argumenta en el Corán y la sharía. ¿Está justificado?

-La religión debe separarse del estado. Es una estrategia: primero se atacan los derechos de la mujer, luego los del hombre. Así se tiene bajo control a toda la población. Yo quiero un estado laico. Que haya debate político y que gane el mejor, el que el pueblo elija. Eso ahora no es posible.

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