El espíritu del Grinch ha invadido a muchos de los vendedores de los mercadillos navideños de Palma. Lejos del optimismo de las grandes superficies comerciales, los artesanos y pequeños empresarios aseguran que están perdiendo ventas y que desde 2013 sus cifras no levantan cabeza. Esa es la opinión de varios comerciantes consultados ayer por este diario, quienes no esperan una gran campaña navideña en las paradas callejeras.

Hace una semana que abrieron los puestos en la plaza Major, la Rambla, vía Roma, la plaza de la Porta Pintada y la plaza de España. Los veteranos de los mercadillos no saben decir qué es lo que más les compran ahora. "Antes se vendía, ahora solo se sobrevive", explica Luis Hierro, artesano que se dedica a los garrapiñados y al guirlache. Desde su parada de la plaza de España, explica que ahora gana lo justo para pagar los gastos y la hipoteca. "Somos los pobres del comercio. Aguantamos sol, viento, frío y lluvia, y luego la regidora de Consumo ni se quiere reunir con nosotros", lamenta Hierro.

Este año los mercadillos navideños abrieron sus puertas cinco días más tarde de lo habitual por un problema en la contratación de las casetas de feria. Además, no ha habido inauguración oficial ni paseo de las autoridades para promocionar la cita. "Parece que el Ayuntamiento nos está poniendo la zancadilla", señala Hierro.

Maria Antònia Serra se dedica a vender ropa y joyas. A estas alturas de diciembre su enemigo es el sol. Ayer era cegador, 19 grados a la sombra. Una temperatura poco idónea para comprar las bufandas de punto de su parada. "El retraso en abrir el mercadillo nos ha perjudicado. Nos va a faltar una semana de trabajo", critica la comerciante.

Grupos de turistas en familia paseaban ayer por la mañana por el centro de Palma. Pocos compraban, pese a la amplia oferta de objetos de regalo. "Nos han abierto tantas grandes superficies que no podemos competir con ellas", comentó Saida ben Sebih, quien vende joyería junto a su hermana.

Marroquinería y bisutería en la plaza de España y también en la de la Portada Pintada, donde ya hay más terrazas de bar que casetas de feria. Los partidos políticos también aprovecharon para pedir el voto a quienes daban una vuelta por el centro.

La plaza Major concentra el espíritu navideño. En una radio uno de los tenderos reproduce los únicos villancicos que se escuchaban en los mercadillos. Juguetes, decoración de Navidad y figuras de belén son las protagonistas un año más en la plaza.

Biel Segura, de Belenes Hermanos Segura, explicó que las figuras de cerámica se venden mejor que las de plástico. Este año incorpora a los frailes (para quien quiera cumplir la tradición de esconderlo en su pesebre), las paradas de mercadillo o las figuras del nacimiento para pintar.

Entre los caganers de famosos, la novedad de este año es Pablo Iglesias en cuclillas. Aquí el podemita le ha ganado la partida a Albert Rivera, cuya imagen no ha llegado a las paradas de la plaza Major.

Los belenistas son los más molestos con el retraso en la apertura del mercadillo. "Este producto se vende durante un mes al año. Si abrimos una semana más tarde, no la recuperamos", argumentó Segura, quien pide a Cort que en años venideros les dejen abrir los puestos a mitad de noviembre.

La Rambla y vía Roma completan el recorrido del centenar de vendedores navideños. Es el espacio del diseño. Los objetos de decoración conviven con las ponsetias de las floristas, los churros y el vino especiado caliente.