La compra del solar para construir la nueva depuradora del Coll d'en Rabassa ascenderá a 3,2 millones de euros. Esta es la principal inversión que prevé Emaya para el año 2016 y permitirá comenzar los trámites para ampliar la mayor planta de tratamiento de aguas residuales del municipio.
Fuentes de Emaya señalan que la empresa municipal ha llegado a un acuerdo con los propietarios del solar para que la compraventa sea pacífica, en vez de realizarla mediante la fórmula de la expropiación. Esa opción alargaría los trámites durante meses.
La adquisición de los terrenos, que serán colindantes con la depuradora del Coll, era uno de los requisitos que marcaba el Gobierno central para construir la planta de tratamiento.
De la ampliación de la infraestructura se ocupará el Ministerio de Medio Ambiente. La inversión del Gobierno central rondaría los 80 millones de euros, por lo que no afectaría a las arcas del Ayuntamiento de Palma. La construcción todavía no tiene fecha y se realizará a medio plazo. La ampliación de la depuradora de aguas residuales solucionará la saturación de la planta, que trata entre 50.000 y 60.000 metros cúbicos al día. En ella también se procesan los vertidos de municipios vecinos como Marratxí.
La infraestructura se desborda durante los meses de verano, un extremo que se hizo visible entre julio y septiembre de este año cuando en repetidas ocasiones hubo que clausurar playas palmesanas por vertidos de aguas fecales. La compra del solar supondrá un tercio del dinero que Emaya destinará para inversiones durante el 2016. La siguiente inversión de mayor calado será la renovación de la red de abastecimiento de agua, que ha sufrido numerosas averías durante los últimos años.
La empresa pública invertirá tres millones de euros para renovar buena parte de las tuberías de Son Armadans y el Terreno. Las obras se prolongarán durante todo el 2016 (la duración prevista es de doce meses) e implicará levantar varias calles principales de las barriadas, como Andrea Doria o Camilo José Cela. Los trabajos no solo servirán para actualizar las tuberías, sino también para tener más capacidad de transportar agua hacia Portopí, Cala Major y Sant Agustí. Otra de las mejoras implicará conectar varias tuberías de distribución de la red para reducir la posibilidad de cortes de suministro en caso de avería.
Sin embargo, los tres millones de euros para renovar la red de agua potable es una cantidad insuficiente, según los propios cálculos del personal de Emaya. Las cifras que manejan los especialistas es que se deberían invertir 15 millones anuales para renovar las tuberías de abastecimiento, que mayoritariamente están obsoletas. Gran parte de las cañerías de la ciudad tienen entre 40 y 50 años de antigüedad.
El tercer gran proyecto de Emaya para el 2016 es la implantación del nuevo sistema de basuras del centro histórico. Aunque todavía no se ha decidido qué fórmula se adoptará, la implantación oscilará entre los 1,5 y los 2,4 millones de euros.
Estas inversiones forman parte de un plan de cuatro años aprobado por la nueva dirección de Emaya que ha presupuestado el gasto de 45 millones de euros durante ese período.
Para el 2017 el proyecto más importante y caro será la renovación de todos los contenedores de basura de la ciudad, para homogeneizar su estética y que sean accesibles a personas con discapacidad o que tengan poca fuerza.
El concurso para comprar los 8.400 contenedores de basura comenzará en unos meses y la adquisición tendrá lugar a principios de 2017. Esta idea -que la gerente de Emaya, Imma Mayol, calificó como un "reset" en la limpieza de la ciudad- será una de las iniciativas estrella de la empresa pública para el presente mandato.
