La rata gigante de sa Indioteria, las nubes de insectos de Sometimes o las cucarachas que veranean en el Molinar son las anécdotas (negativas) que han marcado el último año en materia de control de plagas. Pero el trabajo de los técnicos y las contratas del Ayuntamiento no para en todo el año para evitar que la presencia de cuatro bichos se reproduzcan en la ciudad y se garantice la salubridad del espacio público. Ratas, cucarachas, mosquitos comunes y mosquitos tigre son los cuatro seres vivos que combate el consistorio palmesano a través de la regiduría de Sanidad y Consumo.

El combate contra las plagas está privatizado y lo gestiona una empresa externa. Actualmente se encarga la compañía Lokímica, con sede en Alicante, que a petición de Cort ha aportado medios más modernos como el helicóptero que fumiga insecticida contra los mosquitos comunes. Se trata de un instrumento muy caro y en el contrato actual se incluye una fumigación al año. Los tratamientos adicionales con el helicóptero cuestan 10.000 euros, por lo que Cort debe garantizar que haya una concentración muy elevada de larvas de mosquito antes de recurrir a esta herramienta. Lo más habitual es fumigar utilizando todoterrenos.

El líquido que utilizan es el Bacillus thuringiensis variante israelensis. Es un larvicida biológico, lo que significa que es un elemento presente en la naturaleza. "Su aplicación es muy selectiva. No afecta a las personas ni a otras especies animales o vegetales. No tiene nada que ver con fumigaciones contra la procesionaria", explica el profesor de la UIB, Miquel Àngel Miranda.

La lucha contra el mosquito tigre no tiene nada que ver, porque no se reproduce igual que el mosquito común. Los mosquitos tigre prefiere las acumulaciones pequeñas de agua, como las de un charco o un macetero. En el espacio público el Ayuntamiento actúa sobre todo en los imbornales, donde puede quedar agua de lluvia estancada si no tienen la inclinación adecuada. Si los desagües de lluvia están mojados, aplican una pastilla blanca que se disuelve en el agua y mata las larvas de este insecto invasor.

Los bichos de cloaca -ratas y cucarachas- se tratan en sus alcantarillas natales. Para las ratas utilizan unas pastillas de color azul colgadas de un hierro que los roedores mordisquean. Con las cucarachas se utiliza un líquido veneno con el que se impregna el cuello de las bocas de alcantarilla. Este procedimiento se repite dos veces al año en cada sumidero de la ciudad.

Desde enero hasta octubre de este año, el personal de control de plagas ha levantado 85.000 tapas de alcantarilla y 26.000 colectores de lluvia.

La regidora de Sanidad, Antònia Martín (Som Palma), recuerda que, si un vecino tiene quejas sobre plagas, puede avisar al 010 o contactar con Cort por correo electrónico o en persona. "Un veterinario municipal estudia cada queja y el plan de trabajo del personal de plagas cambia cada día si es necesario, según la prioridad y la gravedad de la queja", asegura la concejala.