Antes de los Tambors per la Pau sonaba Bebe y su tema Ella, donde se escucha esta estrofa: Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti, que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño. Hoy vas a comprender que el miedo se puede romper con un solo portazo. Cort se vestía ayer de morado, con lazos y pancartas contra las violencias machistas. Este año además han querido hacerlo sumando la causa medio ambiental ya que la convocatoria fue para todo aquel que se desplazara en bicicleta, patines, monopatines.

"Será un ensayo pero irá creciendo. Si hasta ahora, las anteriores ediciones fueron a pie, corriendo y con nordic walking, ahora queremos que sea una marcha rodada", expresó Toni Colom, jefe de sección de Igualdad.

Alrededor de unas trescientas personas, muchos niños con sus padres, sobre todo, se apuntaron a una convocatoria que tuvo un carácter lúdico pese a que el asunto que les convocó es una lacra social que ha dejado sin vida a 48 mujeres o 93 según el movimiento feminista que aumenta la cifra al ampliar el concepto de violencia de género. O mucho más, según infirió Aurora Jardhi, regidora de Función Pública.

"Hemos querido reclamar que la violencia machista se convierta en una cuestión de estado. Desde el equipo de gobierno estamos por construir una ciudad activa que avance en derechos y que las mujeres estén libres de violencia de género", apuntó.

A su lado, Aligi Molina, concejal de Igualdad, que se expresó en parecidos términos, recordó la que "luchar contra esta violencia es una prioridad de este Ayuntamiento". En la tarima también estuvo el alcalde José Hila y otros integrantes del tripartito, como Susana Moll, Joan Ferrer y ya en pista, a pedales, Neus Truyol, una habitual de la bicicleta.

Al alimón compartieron lectura Lara Navarro e Inma Matarín donde insistieron en que esta violencia es "contra la identidad humana". Por ello hicieron hincapie en las tareas divulgativas para atajar "los modelos sexistas".

No faltaron hombres

No faltaron hombres en esta marcha que desde Cort circuló por las avenidas, entró en barrios periféricos y regresó al corazón de la ciudad, al filo de las 12. Uno de ellos fue Joan Covas, que también se estrenó en esta convocatoria, y fue uno de los primeros en acercarse a la plaza de Cort, al filo de las 10 de la mañana. "Parece una paradoja pero cuanto más civilizados, parece que la escalada de violencia aumenta. Quizá es que hay más información pero vivimos en una sociedad muy violenta. Ojalá llegase el día en que no tuviésemos que reivindicar esta barbaridad contra las mujeres", expresó este hombre de 57 años.

Dos voluntarias de Cruz Roja, Patricia Blengio y Marina Oxandabarat, entregaban unas cuartillas rojas donde invitaban a escribir una frase que ampliase el concepto violencia de género: "Va más allá de un vínculo con una relación sentimental porque hay diferencias y por tanto violencias en educación, en el pago de salarios, en la distribución de los cargos", recordó Marina.

En la línea de meta, los Tambors per la Pau alentaban el aire festivo de la marcha, junto a los gegants que salieron también a bailar minutos antes de que José Hila cortara la cinta. Se vio a niños muy pequeños, incluso un bebé, llevado por su madre en la bicicleta; y a otro pequeño de no más de dos años pedaleando con su bici de Spiderman.

Al llegar, los participantes y convocantes rindieron homenaje con un minuto de silencio por Gemma Vich, que este pasado mes de agosto fue asesinada por su ex pareja. Fue el primer caso de violencia de género registardo en Baleares en 2015. Son tantas las víctimas que hay quien lo tilda de feminicidio.