Cort recibió ayer un envío masivo -unos 14.000 correos electrónicos- del colectivo conservador Hazte oír que piden al alcalde José Hila que vuelva a colocar al crucifijo en la sala de plenos ante lo que consideran "un ataque directo a la libertad religiosa y pone de manifiesto las intenciones laicistas que usted y sus socios en el consistorio tienen para Palma de Mallorca".

No habían pasado ni veinticuatro horas desde que el equipo de gobierno reordenase la sala de plenos, restando de ella la imagen del Cristo, colocado desde 1938, y desplazando el busto del rey Felipe VI a un lateral y situando en su lugar los retratos de ocho hijos ilustres, Emili Darder, alcalde republicano fusilado en la Guerra civil, y el lingüista Francesc de Borja Moll.

El colectivo Hazte oír, que actúa como un foro cibernético, con tintes muy conservadores: son contrarios al aborto, al matrimonio de homosexuales, incluso algunos les declaran enfermos, y contra el divorcio. "Le pido que como alcalde respete los símbolos religioso, históricos y culturales que me representan. Dedíquese a gobernar, a solucionar los problemas reales y deje en paz a los creyentes", se lee en el texto de este mail de Hazte oír.

El tripartito basó su remodelación en coherencia con su acuerdo programático que da "un impulso al laicismo en las instituciones públicas".

La retirada del máximo símbolo de la Iglesia Católica del salón de plenos no produjo reacción Este diario preguntó ayer al obispo de Mallorca Javier Salinas. "No va a entrar en esta cuestión ni va a hacer declaraciones", indicó su portavoz.

Por su parte, Ciudadanos se sirvió de la estrategia de pedir que el salón de plenos sea declarado bien catalogado como forma de reclamar que el Cristo vuelva a la misma, así como el busto del monarca. El portavoz del grupo municipal de Ciudadanos (C's) en el Ayuntamiento, Josep Lluís Bauzà, y la portavoz de C's en el Consell de Mallorca, Catalina Serra, presentaron ayer esta solicitud.