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Palma a la vista

Tiempos orgánicos

Daniela Urgoiti ha convertido un pequeño local en un restaurante cálido, el Organic Lunch Box, donde el menú vela por la salud con sabor

Daniela Urgoiti es la propietaria de Organic Times. Le ayuda "a tope" Jesús Reina. L.D.

Más allá de calle franquicia, hay vida. En las riberas de la calle San Miguel están creciendo, poco a poco, sin hacer ruido, pequeños negocios que dan esperanza al músculo de esta ciudad. Uno de ellos, Organic Lunch Box, tiene nombre de mujer, Daniela, y apellido vasco, de Bilbao, para ser precisos, Urgoiti. Con tan solo 28 años, tiene claras algunas cosas, las más importantes.

“El centro de Palma necesitaba comer sano. Hay mucho menú de colegio, de esos que en una olla de 30 litros te echan caldo de supermercado y les ponen alubias y ya te venden que es un potaje. Yo ofrezco comida sana, ecológica, sabrosa. Mi planteamiento es que este lugar es mi casa donde cada día tengo 30 invitados a los que quiero ofrecer lo mejor”, cuenta Daniela.

Ella aprendió cocina de manera autodidacta y, sobre todo, viendo como guisaba la abuela Pina Martín. “Preparaba comida tradicional pero yo he recuperado muchas de sus recetas y las he remasterizado. Yo siempre estuve en la cocina, mirando y preguntando qué es esto, cómo se prepara lo otro”, cuenta.

Entra una, ya, clienta -el pequeño bistrot se abrió en junio-, y publicita: “¡se come de maravilla!” En el menú de ayer no faltó un plato de cuchara, una crema de puerros y avena. Pero si solo se quiere picar, los bocadillos son muy especiales, como el de espinacas y nueces o el de atún, o el de sobrasada con higos. Ahí está la mano de “mi chico”, Jesús Reina. Asegura que estar con tu pareja en el mismo negocio “es un reto”.

Ya se han hecho, a través del boca a boca, con un pequeño lugar en la calle Josep Tous i Ferrer. Donde antes estuvo una tienda de ropa, Daniela, con apoyo de su padre, que es interiorista, le ha otorgado un aire cálido, de distancia corta. Una mesa para seis comensales donde no importa compartirla, muy a la vasca. “Mi padre hizo la obra y yo, la decoración”, precisa Daniela. “Quería transmitir la misma idea que hay en la comida orgánica, y por ello, he escogido materiales naturales, de reciclaje; hay que darle doble uso a las cosas”. Todo está cuidado al detalle sin exageraciones. Ahora irá de viaje a Londres “a inspirarme”, porque “elijo las vajillas porque la comida entra por los ojos, ¿no?”

Incansable, se levanta a las 6.30 de la mañana, lleva a su hija al colegio y a las 8.10 ya está cocinando. Abre el local a las 11.00 y cierra a las 17 horas. Hasta el momento. Ahora está en tránsito hacia un importante cambio en su restaurante. El Organic Box Lunch servirá cenas.

Menú degustación

“Estamos organizando el menú degustación de cinco platos con maridaje de vinos a cargo de Lo Divino, que regenta Ángel Cobo, y para ello estoy reformando la cocina para colocar una mesa para ocho personas más las seis de arriba. Creo que ver cómo se hacen las cosas, da confianza al cliente”, señala Daniela.

Las cenas se servirán los viernes y sábados. Y estarán amenizadas con música en vivo. El precio, 39 euros por persona.

Aquella cría que no perdía detalle de la cocina de su abuela Pina, no iba para cocinera. Ella estudió fotografía pero “veo que es muy difícil abrirme camino en este terreno”. Se inclinó ante los pucheros ‘orgánicamente’.

“Creo que es importante concienciar a la gente. Cada vez hay más enfermedades derivadas de la alimentación. Creo que en Mallorca se come mucha grasa y se cocina todo muy pochado. En mi opinión, hay una nueva generación con una mente abierta”, dice.

Lleva diez años en Mallorca. Como muchos otros, se vino como ave de paso, pero “me quedé como un náufrago”. “Me encanta la isla pero creo que si eres forastero, y quieres trabajar, te lo ponen más difícil”, añade, sin enojo.

La cabeza de Daniela es efervescente. “Los de Bilbao somos así, no paramos quietos”, ríe. Además de regentar, cocinar, también preparan caterings para barcos o se pone la chaqueta blanca y hace lo que denomina chef en casa, cocina en casa ajena. Le da tiempo de editar un pequeño fanzine, el Organic Times, donde además de recetas, da pistas sobre lugares que le gustan de la isla.

Ya está dándole vueltas a la idea de ofrecer aperitivos a partir de primavera y los fines de semana, va a reorganizar el espacio para ofrecer “tapas de verdad, no el pan y moja que suelen ofrecer por Palma”. Pero avisa: “lo haré poc a poc”. Aprende de Mallorca.

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