David Peralta, artista callejero y portavoz de la Plataforma contra la Ordenanza Cívica, dijo ayer que se sentía víctima de una persecución, poco después de que se suspendiera el juicio previsto contra él por una falta de desobediencia, consecuencia de un incidente que le enfrentó a un agente de la Policía Local de Palma que el pasado mes de marzo le decomisó unas espadas con las que hacía malabares en un semáforo. La jueza, al conocer que el artista había denunciado a su vez al agente por agresión, optó por aplazar la vista para que las dos denuncias se juzguen al mismo tiempo.

Los hechos ocurrieron el pasado mes de marzo. Según admitió ayer Peralta, estaba haciendo un espectáculo de malabares con espadas en un semáforo de la calle Aragón, en Palma. Un agente de la Policía le pidió que se acercara para identificarle, a lo que él constestó que se marchaba de allí.

El agente no le dejó ir, e insistió en que le entregara las espadas. Peralta cuenta que él mantuvo en todo momento una actitud de resistencia pasiva y se dejó caer al suelo, momento en el que el policía se enfadó y le pegó un puñetazo. El malabarista insistió en que no llegaron a cruzar una palabra.

Peralta fue denunciado por una presunta falta de desobediencia, mientras que él a su vez denunció la supuesta agresión. El incidente deberá ser juzgado de forma conjunta en el futuro, cuando se tramite la denuncia contra el policía.

Peralta manifestó que en aquel entonces sabía que el Ayuntamiento había aprobado la Ordenanza Cívica, que prohibía los espectáculos callejeros. Añadió que se sentía víctima de una persecución, porque no se había aceptado la propuesta de regulación que había planteado al anterior Consistorio, para permitir que los artistas pudieran seguir trabajando. Peralta se convirtió durante la pasada legislatura en portavoz de la Plataforma contra la Ordenanza Cívica, y ayer responsabilizó del incidente, más que al agente, a los político que impulsaron la norma, Álvaro Gijón e Irene San Gil.