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Corrupción en la Policía Local

Un policía exigía sexo con esposas de los dueños de bares para no cerrarlos

El agente de la Patrulla Verde propuso a 2 empresarios que convencieran a sus mujeres para que se acostaran con él para poder continuar con el negocio

La Policía se llevó pruebas del cuartel de San Fernando para ser analizadas. g. bosch

Uno de los policías locales de Palma, destinados en la Patrulla Verde, que ahora está en prisión, manifestó a los propietarios de dos bares, a los que supuestamente extorsionó, que deseaba mantener relaciones sexuales con sus respectivas esposas, ya que parece ser que se encaprichó de ambas mujeres. Y lo proponía con un argumento amenazante: si no se acostaban con él, haría todo lo posible para cerrar estos dos negocios. Su condición de agente de la Patrulla Verde le permitía someter a estos locales a todas las inspecciones que consideraba necesarias, con la excusa de que no cumplían las normas o excedían el nivel de ruido. Así, podría después proponer la clausura o, como mínimo, una fuerte sanción económica.

Estas propuestas sexuales se detallan en la declaración que han realizado ante la Policía los propietarios de dos pequeños negocios nocturnos. Uno de ellos es un empresario de origen dominicano, que ha denunciado que el policía, identificado con el nombre de Gabriel M.A., le estuvo extorsionando y exigiéndole dinero, además de sexo con su mujer. Esta declaración está incorporada en el extenso sumario que instruyen el juez Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán. Este testigo explicó a la Policía que era habitual la presencia de este policía por su local. Al principio solo le pedía documentos, pero más tarde le exigió muchas más cosas. Le confesó que se sentía muy atraído físicamente por su esposa y que tenía el deseo de tener relaciones sexuales con ella. Por ello le propuso que convenciera a su mujer para que se acostara con él y a cambio le recompensaría impidiendo el cierre de su negocio, evitando que se hicieran inspecciones.

Este testigo le explicó a la Policía que llevaba poco tiempo en España y que su único medio de vida era el bar. Insistió en que su situación era complicada ante la presión policial que venía sufriendo, siempre a través del mismo policía. Por ello no tuvo más remedio que comunicarle a su mujer la exigencia que le había planteado el policía y le pidió que se acostara con él.

La mujer al principio no quería hacerlo, pero debido a las dificultades económicas que sufría y, sobre todo, porque se trataba de un policía, finalmente aceptó la propuesta sexual. No fue una única relación, según señaló el testimonio, dado que el policía llegó a encapricharse con esta mujer, y quiso repetir varias veces este encuentro sexual.

Sin embargo, la pareja no logró mantener abierto el negocio y tuvo que cerrarlo. Ante la escasez de medios económicos, ambos decidieron regresar a su país de origen. Este ilegal proceder del funcionario policial fue confirmado también por otro empresario nocturno, que aseguró que el agente de la Patrulla Verde también le propuso acostarse con su esposa, a cambio de rebajar el nivel de presión que había sometido sobre su local. Este testigo dijo que estaba atravesando dificultades con su pareja. Aún así le comunicó la propuesta a su mujer, pero no sabe si llegó a mantener relaciones sexuales con este policía local, aunque creía que sí.

Han sido varios los testigos que han coincidido en relatar la obsesión por el sexo que tenía este agente. Los investigadores tienen constancia de que solía tener relaciones sexuales con prostitutas de los locales que inspeccionaba, pero que nunca pagaba. Como tampoco abonaba las consumiciones alcohólicas. Un testigo ha relatado que llegó a pagarles hasta 500 euros cada semana para recibir esta especial protección. "Todo el mundo sabía que si quería mantener abierto los negocios y tener música cuando no tenía permisos y licencias correspondientes, debía acceder a las exigencias del agente 737 (Gabriel M.A.) ".

Así lo relata el juez Penalva en el auto en el que explicaba su decisión de enviar a prisión a este policía, ya que era uno de los agentes corruptos que se dedicaban a extorsionar a los empresarios. Además, también relata que este agente, junto con otros dos compañeros que también están en prisión, tenían costumbre de entrar en un bar y consumir droga. El dueño les llegó a llamar la atención, pero ello le supuso una nueva inspección policial.

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