Rafael Estarellas, el antiguo comisario de la Policía Local de Palma, que quedó en libertad con cargos el pasado miércoles por la noche, afirmó al juez Penalva y al fiscal Subirán que no era verdad que intentara tapar la trama de corrupción, como creen los investigadores. Explicó que era cierto que un policía le contó que había un grupo de compañeros que se dedicaba a practicar estos métodos de extorsión y que era habitual que hubiera propietarios de bares que denunciaran verbalmente los excesos cometidos por la Patrulla Verde. Añadió que este tipo de denuncias suelen ser habituales, pero casi siempre las presentan dueños de negocios que no cumplen con los requisitos legales y son sancionados. A veces su reacción, en vez de reconocer que incumplen las normas, es acusar al policía que le ha denunciado. Sin embargo, Estarellas aseguró que ninguno de ellos quiso nunca presentar una denuncia formal, por lo que no tenía ninguna cobertura para investigar de oficio estos relatos. Sin embargo, insistió en que sí investigó la denuncia que le presentó el policía local. Detalló que pidió a uno de sus subordinados que hiciera una serie de averiguaciones, para comprobar si era cierto lo que le habían contado. Sin embargo, el trabajo de investigación no dio ningún tipo de resultado, por lo que no pudo continuar con las gestiones por falta de pruebas.
El juez llamó a declarar por la noche a este agente que había investigado esta denuncia. Afirmó que, en efecto, el comisario le ordenó una serie de gestiones, pero que ninguna de ella confirmó el contenido de la denuncia.
Los investigadores no creen que Estarellas, que llegó a ser el número 2 de San Fernando, se beneficiara ni participara en esta trama corrupta. La acusación se limita a que no hizo nada cuando uno de sus subordinados le denunció esta corrupción.
