Los arquitectos encargados de la reforma del Casal Balaguer, el equipo de Francesc Pizà-Sé Duch y Ricardo Flores y Eva Prats, entregarán su fin de obra el próximo mes. Después, tal y como señaló a este diario una de sus responsables, habrá que ver qué hace Cort con él. Por el momento, la respuesta del negociado de Cultura es que "le estamos dando vueltas".
"El Casal es un edificio muy especial. La reforma se ha vinculado a los usos del edificio. Se ha restaurado el órgano, y está claro que se le dará uso, pero aún no sabemos cómo", comentó Niell. La responsable cultural aplicó la lógica de que "concluida la reforma, hay que 'vestir' el edificio, es decir, ver el mobiliario, determinar la iluminación, y muchas otras cosas más". Habrá qué esperar.
Además en Cort están pendientes de convocar la plaza para el cargo de director de la fundación Palma Espai d'Art, cuyo elegido deberá responsabilizarse del Solleric, el Balaguer y Ses Voltes. Solo que en Cultura ahora están centrados en la convocatoria para cubrir la plaza de la Fundació Pilar Juncosa i Joan Miró. La previsión es que la plaza salga a concurso entre enero y febrero.
Su directora general, Francisca Niell sí aclaró que los usos culturales en el recién reformado casal no serán los propios de un museo sino que estarán más cercanos a los de un centro cultural multidisciplinar en el que la heterogeneidad de propuestas será la tónica. Con todo, "las líneas principales se han de definir", reiteró.
"El Solleric es el espacio dedicado más a exposiciones de arte contemporáneo; en el Balaguer la oferta será distinta".
Niell indicó que la oferta gravitará en torno al patio que "aún no siendo muy grande, es espectacular".
La reforma de los arquitectos precisamente ha sacado a la luz el patio al retirar los muros. Ha sido uno de los trabajos más arduos puesto que, tal y como explicó la arquitecta Eva Prats, "las columnas no estaban bien cimentadas", y es probable que "durase poco". Los arquitectos han utilizado mucho la madera en esta reforma que es una de las más largas en el tiempo de las llevadas a cabo en un edificio público de Palma.
Círculo
No debe olvidarse, y aquí Niell quiso incidir, es que el edificio, por voluntad de quien lo donó a la ciudad, el músico Balaguer, debe permitir parte de su uso al Círculo de Bellas Artes. "De aquí a Navidad hemos de alcanzar un acuerdo con ellos", señaló la responsable cultural. Es más que probable que se sitúen en la parte alta del edificio, que en un principio, según los arquitectos, debía albergar una biblioteca o sala de lectura. Este uso ha sido descartado.
Con "muchas ideas sobre la mesa", el Balaguer verá cumplida su reforma pero deberá continuar armándose de paciencia para convertirse en un centro vivo y dinámico en el centro de Palma.
