El mono gimnasta de peluche daba vueltas en el escaparate de la juguetería Babelín mientras se decidía el futuro de la calle Oms, hace ahora 25 años. En octubre de 1990, Cort colocó una valla en la parte alta de la concurrida vía para que los vehículos dejasen de circular por allí para llegar a la Rambla, tal como recordaba ayer el presidente de la asociación de comerciantes, Mateo Martorell, propietario del antiguo bar Can Vinagre. "El Ayuntamiento, que estaba gobernado por Ramón Aguiló, dijo que era una medida provisional, por lo que si al final la peatonalización no iba bien, se abriría otra vez al tráfico", detalló sobre una transformación que resultó definitiva.
Las obras comenzaron al año siguiente, pero ayer por la tarde los comerciantes celebraron el inicio de un proceso que hoy es un símbolo para la movilidad y lo hicieron con parlamentos y la animación de los xeremiers, así como con un obsequio para los clientes de Oms. El periodo de pruebas duró dos meses y fue tan satisfactorio que en diciembre los comerciantes de las calles Velázquez y Cazador también quisieron que las suyas fuesen peatonalizadas, según relatan las crónicas de la época.
Sin embargo, previamente, se produjo una gran división en la calle Oms. Mateo Martorell da dos cifras clave: "en la asamblea de los miembros de la asociación de comerciantes, hubo 31 votos a favor y 23 en contra", además de dos abstenciones, detalla quien ya era el presidente hace 25 años. En total había 85 comercios, pero 29 no votaron debido a que no estaban asociados. Los carteles de rechazo a la peatonalización colgaron de muchos escaparates, aunque "después reconocieron que fue un acierto para la calle, que se revalorizó y benefició a los negocios", destaca Martorell, que votó "sí" a una medida pionera para el tráfico en Palma.
La calle Oms llena de vehículos en abril de 1983. TORRELLÓ
Hasta entonces, la calle era de un sentido de circulación (de la plaza de España a la Rambla) y en uno de los laterales había plazas de aparcamiento. El trasiego de vehículos era continuo, debido a que comunicaba la parte alta y baja de la ciudad, por lo que su cierre supuso un cambio radical en la movilidad del centro.
Verano de 1991, la calle en obras para consolidar el cierre al tráfico.
Las obras empezaron en julio de 1991, con Joan Fageda recién aterrizado como alcalde, y fueron aprovechadas para sustituir las conducciones de gas, eléctricas, telefónicas y de Emaya, así como las farolas. La inversión ascendió unos cien millones de pesetas y la inauguración se produjo el 13 de diciembre de 1991, a tiempo para la campaña comercial de Navidad. Menos de la mitad de los negocios que había siguen en Oms cinco lustros después, pero los que aún quedan -entre ellos la Colchonería Verd- recuerdan los viejos tiempos y aplauden la peatonalización.
