"Mi cabeza y mi corazón ahora mismo tienen otras preocupaciones que me distraen de mi cargo y eso no lo puedo consentir", así explicó el hasta ayer primer teniente de alcalde de Cort, Miquel Comas, su dimisión irrevocable de su acta de concejal y el abandono de sus cargos en Som Palma y Podemos.

Comas tiene un alto sentido de la responsabilidad institucional. Por ello considera que, por motivos personales y por verse inmerso en un proceso judicial, no puede dar "lo mejor y lo máximo para esta ciudad", puesto que el cargo de concejal del Ayuntamiento "es una responsabilidad de primer orden que exige el máximo y una motivación absoluta".

Aparte de los motivos familiares que han precipitado su decisión, que prefiere queden en la intimidad, manifestó que ahora se encuentra inmerso además en un "procedimiento judicial que me ha provocado un profundo malestar".

Explicó que en 2012 interpuso un contencioso administrativo contra un proceso selectivo para la obtención de una plaza de profesor en la UIB, a la que se había presentado. En 2014 el juzgado estimó parcialmente el recurso presentado y obligó a repetir el proceso de selección.

Paralelamente, la Sindicatura de Greuges de la UIB, un órgano independiente, emitió un informe en el que se denunciaban irregularidades y deficiencias en el procedimiento de contratación de personal en la UIB.

Además, una de las máximas autoridades académicas en materia filosófica emitió un comunicado criticando abiertamente la decisión de la comisión de contratación.

Por su parte, Comas en una entrevista a DIARIO de MALLORCA informaba de estos hechos probados en sede judicialde. Afirma que "los criticaba, pero nunca atenté contra el honor de nadie ya que solo reclamaba más transparencia en los procesos de contratación generales".

Además, la sentencia que obligaba a repetir el proceso de selección no fue ejecutada correctamente por la UIB, por lo que el pasado día 1 de septiembre el juzgado ordenó su ejecución de forma forzosa y obliga a repetir de nuevo el proceso.

Paralelamente, y transcurridos más de ocho meses tras las declaraciones mencionadas anteriormente y después de las elecciones del pasado mes de mayo, "unas personas particulares me pusieron un demanda civil reclamándome, en concepto de indemnización por presuntas injurias cantidades que superan mi patrimonio personal".

Si bien Comas no explicó quiénes son los autores de la demanda, este periódico ha podido saber que se trata del catedrático que presidió el tribunal de selección, un miembro del jurado y de la persona a la que se le adjudicó la plaza que ha sido anulada judicialmente tras la denuncia del hasta ahora teniente de alcalde. Le reclaman 10.000 euros cada uno en concepto de indemnización.

Por lo anterior, "por el simple hecho de haber sido acusado de injurias" y porque cree que "el honor de un concejal del Ayuntamiento no puede verse afectado" ha decidido presentar la dimisión "y concentrarme en mi familia y en mi defensa legal personal".

Por su parte el alcalde, José Hila, agradeció "el gesto de responsabilidad y generosidad" de Comas por renunciar a su cargo al ver que no podía dar el máximo por motivos personales.

Asimismo, el teniente de alcalde Antoni Noguera (Més) calificó de "imprescindible" el rol desempeñado por Comas en el equipo de gobierno porque ha aportado "serenidad y estabilidad" y afirmó que "ha dado una lección de dignidad que no tiene precio".