La playa de Can Pere Antonio vuelve a estar clausurada. Es la segunda vez en un mes y de nuevo por el mismo motivo: un vertido de aguas fecales. Las obsoletas infraestructuras de Emaya se averiaron en la madrugada del sábado al domingo en un punto que, en teoría, fue renovado hace poco. La tubería que conduce las aguas residuales hacia la depuradora del Molinar se rompió bajo el Palacio de Congresos, en un punto que fue desviado y renovado para la construcción del centro de convenciones.

Los operarios de aguas de Emaya trabajaron desde la medianoche del domingo para localizar el lugar de la rotura. Según fuentes de la empresa municipal, era una emplazamiento de difícil acceso porque justo encima de la canalización instalaron conducciones eléctricas y de gas.

Para reparar el tubo, Emaya necesitó vaciar la cañería y optó por verter las aguas residuales al mar a través de la instalación de agua de lluvias. Mediante el emisario de la Costa del Gas se vertieron a la bahía las aguas fecales. De forma preventiva, Emaya dio aviso para izar la bandera roja en la playa de Can Pere Antoni y prohibir el baño en la zona.

Durante toda la mañana hubo bañistas sobre la arena de la playa palmesana. Muchos se mojaron los pies y alguno intentó nadar, aunque fue reprendido por los socorristas de la zona de baño.

Mientras tanto, los operarios de Emaya requirieron una máquina excavadora para extraer todo el tramo fracturado de la tubería de aguas fecales. Según los trabajadores, se tuvo que cambiar un tramo de más de un metro de largo. Los operarios de Emaya necesitaron la ayuda de Gesa, que tuvo que cortar el suministro eléctrico a media tarde para acceder a la tubería sin riesgo. Estaba previsto que la reparación finalizara al anochecer.

A partir de hoy Emaya realizará análisis químicos en las aguas de la bahía para decidir cuándo se autoriza el baño en Can Pere Antoni. En anteriores vertidos, la playa ha estado cerrada un máximo de tres días. Fuentes de Emaya señalaron que, gracias al viento, cabe la posibilidad de que se reabra ante de ese plazo, ya que el oleaje dispersará con más facilidad las aguas fecales.

Tres casos en tres meses

El de ayer es el tercer caso de cierre de una playa por un vertido de aguas sin depurar en los últimos tres meses. El pasado 4 de julio Emaya clausuró la playa de Ciutat Jardí porque la depuradora se desbordó y virtió aguas sucias al mar. La zona quedó acordonada durante dos días.

El segundo episodio de cierre de playas tuvo lugar el 3 de septiembre por la presencia de elementos contaminantes después de las primeras lluvias de la temporada. En aquel caso fueron tres las zonas de baño que se clausuraron: Can Pere Antoni, Ciutat Jardí y Can Pastilla, a la altura del balneario 13. El tercer caso fue el de ayer en Ciutat Jardí.

Hasta la fecha Emaya sigue sin anunciar qué medidas tomará para combatir los vertidos de aguas fecales en la bahía de Palma.