La mañana, apacible. El mar calmo. Buenas temperaturas. Todo invitaba al baño. Así lo creían ayer dos familias de turistas que se dieron un chapuzón en la playa de Ciutat Jardí hasta que un socorrista les avisó de que estaba prohibido bañarse. La bandera roja ondeaba en un lienzo azul. Las lluvias caídas la tarde del lunes volvieron a provocar el desbordamiento y arrastre de contaminantes en los tres puntos más vulnerables de la zona de baño de Palma: Ciutat Jardí, la playa de Can Pere Antoni y la Platja de Palma a la altura del balneario 13. Hoy seguirán cerradas ante el pronóstico de intensas precipitaciones.

A principios de septiembre, las lluvias torrenciales obligaron a cerrar estas zonas de baño de la bahía de Palma. No ha pasado un mes, y de nuevo, el volumen de litros caídos ha vuelto a provocar que la canalización de agua hacia la depuradora quede colapsada en la playa de Can Pere Antoni. En Ciutat Jardí se veta el baño porque el agua arrastrada desde el torrent Gros en su salida al mar podría contener contaminantes. El desbordamiento de la red provoca que las actuales canalizaciones sean insuficientes para contener el exceso de agua y posibilitar su depuración.

Otro punto conflictivo es el del encuentro entre el torrente de Sant Jordi en su salida a la Platja de Palma, a la altura del balneario 13, que suele colapsarse con grandes precipitaciones arrastrando sustancias contaminantes.

Desde Emaya se hacen análisis diarios y hoy volverán a llevarse a cabo para determinar si el vertido de restos es peligroso o no, y mantener, por tanto la prohibición de baño en estas tres playas.

La solución a este problema que se produce año tras año no parece fácil ya que es costosa e implica al ministerio de Medio Ambiente y al Govern balear. La empresa municipal Emaya les reclama casi 200 millones de euros para mejorar las dos plantas depuradoras de aguas residuales y adquirir unos terrenos en el Coll den Rabassa que permitirían ampliar la actual planta de tratamiento de aguas residuales.

Tal como informó la empresa de aguas y alcantarillado, se precisan unos 18 millones de euros para construir en sant Jordi un emisario submarino que daría salida al agua lejos de la costa. Para la estación del Coll la cantidad necesaria es de 80 millones, y se calcula que construir un colector que recogiera el agua pluvial en la segunda línea de la Platja de Palma costaría 17 millones más.