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Turismo

Una ciudad para mochileros

Este verano se han abierto tres 'youth hostels', un tipo de alojamiento turístico con habitaciones compartidas y frecuentado por viajeros que quieren conocer gente - Están en el casco antiguo, Santa Catalina y el Eixample

Se sienten como en casa, como en un piso compartido o como en una residencia de estudiantes. Sin embargo, son turistas y han escogido Palma para pasar sus vacaciones, aunque no se alojan en un hotel o en un apartamento de alquiler, sino en uno de los youth hostels que empiezan a proliferar por la ciudad. A pesar de que la traducción es albergue juvenil, no solo hay jóvenes y no se parece a un hostal, porque la mayoría de las habitaciones son compartidas. Son frecuentados por los llamados mochileros, que habitualmente visitan diversos lugares durante un largo viaje y, como Mallorca parece que es un destino obligado en un periplo por Europa, la capital balear no podía ser menos y ha empezado a abrir hostels para el nuevo tipo de turismo en auge.

Hasta principios del verano, solo existía el Central Palma, que lleva cuatro años en la plaza Josep Maria Quadrado, pero desde mayo se han abierto el Hostel Pura Vida, ubicado en un piso a dos pasos de la Catedral; el Urban Hostel Palma, que antiguamente era un convento en la plaza de la iglesia de Santa Catalina; y el Hostel Fleming, justo al lado de la plaza del mismo nombre, en la calle Arxiduc. En el poco tiempo que llevan en funcionamiento, han colgado varias veces el cartel de completo y el primero incluso logró un diez de puntuación hace dos semanas en la página web de alojamientos Booking.

"Nos sorprendió mucho, ya que abrimos hace poco y hemos superado a los hoteles boutique del casco antiguo. Lo importante ahora es mantener la calidad y la cercanía con los huéspedes, ya que lo que realmente emociona es lo que nos escriben en el libro de visitas", destaca Darío Sáiz. Él y Carlota López, propietarios del Pura Vida, tuvieron claro desde el principio que querían ofrecer un lugar "en el que sentirse como en casa", tal como afirma Carlota. "Somos mochileros y antes de iniciar este proyecto, estuvimos medio año viajando por Asia y alojados en multitud de hostels, por lo que se nos ocurrió la idea de abrir uno en Palma, donde residimos, que reuniese lo mejor de lo que habíamos visto mientras estábamos allí", añade.

Empezaron en mayo y los dos primeros meses tuvieron mucho turismo de excursionistas, pero en verano ha predominado el de ciudad, con estancias cortas, y el que visita toda la isla dentro de una ruta más amplia por Europa o el Mediterráneo, como hizo la pareja egipcia formada por Mina Metias y Christine Louka, quienes se alojaron cinco días en el hostel procedentes de Italia y Grecia. "Es acogedor, cómodo, espacioso y con unos dueños encantadores", enumeran. La palabra friendly se repite en la conversación con las turistas alemanas Franziska y Daiana; y en el libro de visitas, un huesped chileno agradece que vayan "más allá de las típicas prestaciones de un hostel". No lo dice en vano, ya que Carlota hizo una paella y bebieron sangría cuando él estaba alojado allí.

La filosofía es compartir

Quien elige un establecimiento turístico con habitaciones para compartir "no solo lo hace por el presupuesto (son más baratos), sino porque le gusta conocer gente cuando viaja", como indica Omar Cabrita, el recepcionista del Urban Hostel Palma, abierto en junio. "Suele haber una gran vida social y los que vienen solos siempre encuentran alguien con quien salir", explica. Lo confirma Darío, ya que "generalmente, los mochileros buscan compartir charlas, comida, visitas. Se hacen muchas amistades", destaca.

Ello no quiere decir que no miren el presupuesto, tal como matiza Omar, quien se remonta al desarrollo de las aerolíneas de bajo coste para hablar del boom de este tipo de visitante. Buscan alojamientos baratos "porque quieren conocer muchos lugares y adquirir experiencias en vez de invertir el dinero en comprarse un coche o una vivienda. Esta es la tendencia entre las personas de 20 a 35 años, según las estadísticas". El encargado del Urban Hostel Palma también da un porcentaje sobre el establecimiento donde está: "Entre el 30 y 40% de los que han venido hasta ahora no solo querían visitar Palma, sino que hacían un recorrido por el resto de la isla, Europa o incluso otras partes del mundo".

El mundo entero

Egipto, India, China, Singapur, Nepal, Rusia, Noruega, Canadá, Alemania, Reino Unido, España y "muchos de Argentina" es la procedencia de los huéspedes del Pura Vida, como enumeran. En el ubicado en Santa Catalina, están sorprendidos por "la gran cantidad de brasileños que hay". Además, han tenido argentinos, canadienses, europeos -sobre todo franceses-, australianos y neozelandeses, entre otros. Estos dos últimos son principalmente trabajadores de yates que pasan una o dos semanas en el hostel, detalla Omar.

En el Hostel Fleming también han tenido muchos brasileños, así como algunos procedentes de EEUU e Indonesia, durante los casi dos meses que lleva abierto. La recepcionista Mari Carmen Nguema destaca que "quienes vienen desde tan lejos no son tan jóvenes como uno se imagina" en un establecimiento de estas características y "no les importa compartir habitación".

En los otros dos alojamientos corroboran que hay bastantes mochileros de cierta edad y no precisamente con un bajo poder adquisitivo. Darío y Carlota han conocido a algunos en su viaje por Asia y han tenido a varios en su hostel, como una señora belga que estuvo 20 días o una pareja de mexicanos a quienes les decían: "De mayores queremos ser como vosotros", mochila al hombro.

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