El pasado viernes alguien tiró la casa por la ventana. Literalmente. Y la dejó encima de la acera, junto a los contenedores de la calle de Gabriel Llabrés, número 1, a escasos metros de la plaza de Pere Garau. Una vecina, que denunció a Diario de Mallorca la situación, asegura que tuvo que llamar repetidas veces a Emaya para conseguir -varias horas después- que adecentaran la zona.