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Patrimonio

Una momia en la Casa de la Iglesia

La pieza procede de Egipto y fue un regalo del Imperio Británico - El Museo Bíblico presenta el entorno en el que nacieron las Sagradas Escrituras

Quienes han ido a verla con el colegio, el grupo de catequesis o la parroquia de la barriada no la olvidan. La llaman la momia del Seminariomomia del Seminario y es la atracción del Museo Bíblico, que se encuentra en la Casa de la Iglesia. Los que mejor conocen sus orígenes son los estudiantes de la asignatura Oriente Antiguo, de Historia del Arte de la Universitat, ya que su profesor, Francesc Ramis, es el director del museo. "Solo hay doce momias en España y esta fue un regalo del Imperio Británico tras la Primera Guerra Mundial", tal como indica. En 1931, un navío británico cargado con momias y otros elementos arqueológicos destinados al British Museum y procedente de Egipto recaló en el puerto de Palma. "El obispo de entonces invitó a los mandos al museo y, al ver que la temática era sobre el entorno histórico y cultural en el que nació la Biblia, le obsequiaron con esta pieza", relata el profesor.

La momia, con su sarcófago y ajuar, se encuentra en la sección de Egiptología y data del siglo I a. C. Pertenece a un joven de 16 años llamado Irthoru que vivió durante la dinastía 28, antes de que Egipto se convirtiera en una provincia del Imperio Romano. "Los jeroglíficos del sarcófago muestran la visión trascendente que se tenía en el antiguo Egipto de la vida", según señala un blog sobre el museo. Ramis detalla que todo lo que se estudia sobre la momia es enviado a El Cairo para que quede constancia, ya que está registrada mediante un sello con un número oficial.

Pese a que es lo más llamativo de la sala ubicada en la Casa de la Iglesia, hay más de 700 piezas en total, divididas en secciones y colecciones. Una de ellas es la de papiros escritos en hierático, la más antigua de España. Además, hay una tablilla cuneiforme del año 2300 a. C., entre otras, así como papiros con la escritura demótica, que los estudiantes universitarios han tenido que descifrar. El director del museo afirma que "no hay tesoros, sino todo tipo de elementos que sirven para la comprensión de la época en la que nacieron las Sagradas Escrituras".

Las adquisiciones, muchas de ellas donaciones de particulares a finales del siglo XIX, abarcan desde piezas arqueológicas, como varias armas y piedras de la Prehistoria en Israel, cerámicas y monedas; hasta papiros y códices bíblicos, entre los que destaca una copia en facsímil del Códice Vaticano. También llaman la atención las maquetas de varias ciudades bíblicas, entre las que destacan Babilonia y Jerusalén, que han sido cuidadosamente creadas por seminaristas, a los que el responsable del recinto da clases de la asignatura Antiguo Testamento.

El Museo Bíblico fue abierto hace más de un siglo, en 1913, y es el segundo más importante de estas características en España, después del de Montserrat, en Cataluña. No obstante, se gestó seis años antes, impulsado por una expedición mallorquina a Tierra Santa encabezada por el rector del seminario, además de arqueólogo, Bartomeu Pasqual, y en la que participaron intelectuales como Maria Antònia Salvà y Miquel Costa i Llobera.

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