Día de fiesta para la bodega La Rambla. El histórico local del centro de Palma ha sobrevivido a los baches del último año y ayer reinauguró el establecimiento en una nueva ubicación. El bar mantendrá la misma fórmula con la que ha triunfado desde 1940. Tapas y variados serán los protagonistas de un menú tradicional en el local del número 6 de la vía Roma.
Después de un mes y medio con las barreras bajadas, la bodega La Rambla celebró una fiesta por todo lo alto para descubrir a los amigos y clientes su nuevo emplazamiento. La propietaria del establecimiento, Jero Pérez, se pasó el día de ayer ultimando detalles para el estreno.
"Me hacía mucha ilusión empezar una nueva etapa. Me doy por satisfecha solo con que amorticemos lo que hemos invertido y espero que os guste a todos. Todos los cambios han sido para mejor", afirmó Pérez poco antes de la reapertura.
La extinción de las rentas antiguas estuvo a punto de acabar con su negocio. Los dueños del anterior inmueble en mitad de la Rambla no quisieron mantener el alquiler a un precio que pudiera pagar. En los últimos meses se han embarcado en la aventura de encontrar un nuevo local para sobreponerse a un posible cierre.
De la reforma del nuevo bar se han encargado el arquitecto Quico Pou y la decoradora Mireia Vila, además de varias empresas locales de carpintería, iluminación, tapicería o cristalería. Han reciclado todos los elementos ornamentales, incluso los de la puerta de la fachada.
"Las calabazas, el torno, los sifones antiguos y los cuadros los hemos traído aquí. Todos los detalles que nos traen recuerdos los hemos plasmado en el nuevo local. Este sitio era muy grande y lujoso. Convertirlo en otra bodega ha sido difícil", afirmó la dueña.
Misma comida, mismos platos, mismos cubiertos y misma vajilla. El personal también se mantiene, aunque habrá dos incorporaciones: otro cocinero y un nuevo camarero. En total, la bodega La Rambla dará trabajo a doce personas, incluida la propietaria.
El local -fundado por Toni Ferrer, antiguo dueño de Tito´s- cumplirá su 75 aniversario el próximo 13 de diciembre. El padre de Jero Pérez lo compró en 1969 y ella se encarga desde 1995. "Me encantaría jubilarme aquí. Disfruto de mi trabajo y de estar con la gente. Esto es vida", asegura feliz. Tras la fiesta de ayer, hoy tocará dar el callo y servir a los primeros clientes. Que la tradición no pare.
