"Las comunidades de vecinos son el primer espacio donde se tejen las relaciones ciudadanas". Bajo esta premisa, Cort ofrece una serie de recomendaciones y obligaciones para lograr que los residentes en un mismo edificio se comporten de forma cívica e incluso fomenten las relaciones positivas entre ellos. Por ello, la Guía para la convivencia en las comunidades de vecinos tiene un capítulo dedicado únicamente a las conductas más molestas con el fin de evitarlas. El cuadernillo, que se descarga de la página web del Ayuntamiento, también da consejos sobre qué hacer, por ejemplo, con un vecino que no paga las cuotas o ante un caso de síndrome de Diógenes; y ofrece información detallada sobre la constitución de las comunidades y sus funciones.

En el día a día de un edificio, una de las mayores molestias para una buena convivencia es el ruido que generan los vecinos, principalmente por la noche, cuando descansa la mayoría. La guía señala que, "entre las 22 y las 8 horas, hay que evitar los ruidos de cualquier tipo", entre ellos "cantar, gritar, hablar alto, hacer ruido con los pies; instrumentos musicales u otros aparatos, como la televisión, radio o cadena de música; determinados electrodomésticos, como la aspiradora o lavadora; y trasladar muebles, hacer reparaciones domésticas o bricolaje", enumera.

Además, el documento que ha reeditado y actualizado la concejalía de Derechos Cívicos destaca que "los propietarios de animales domésticos tienen la obligación de adoptar las precauciones necesarias para que los ruidos que producen no ocasionen molestias al vecindario" y añade que "también se deben evitar los ruidos demasiado altos a cualquier hora del día".

Hay conductas incívicas que no solo molestan a la comunidad, sino que afectan a quienes están en la vía pública junto al edificio en cuestión, por lo que la guía añade una serie de normas que contribuyen a la convivencia con el resto de ciudadanos. Por este motivo, señala que se debe evitar tender la ropa excesivamente mojada, ya que gotea, y hacerlo en los balcones exteriores de la fachada; regar las plantas a horas no permitidas y que caiga agua en la calle; tirar agua sucia sobre la vía pública; tirar por la ventana o el balcón objetos o suciedad, así como sacudir alfombras, toallas, manteles o cualquier elemento doméstico. Cuando un vecino ocasiona molestias, "lo primero que se debe procurar es llegar a un entendimiento mediante el diálogo". En último extremo, tal como señala el Ayuntamiento en dicho documento, "se pueden denunciar los malos comportamientos, avisar a la Policía Local o llamar al Servicio de Atención Ciudadana 010".

Cuidado del edificio

La Guía para la convivencia se centra asimismo en el cuidado de los espacios comunes de los inmuebles y su mantenimiento, como recogen varias leyes, entre ellas el Código Civil y la Ley de Propiedad Horizontal. Por ello, además de recomendaciones básicas como evitar ensuciar las zonas comunitarias, almacenar trastos y tirar productos tóxicos por las cañerías; el cuadernillo recuerda la necesidad de limpiar periódicamente las bajantes de pluviales, situar las bombonas de butano en lugares aireados y a los que no lleguen los niños, vigilar el buen estado de las barandillas de los balcones, etc. Y ofrece una detallada explicación de la ITE (Inspección Técnica del Edificio) que obligatoriamene tienen que pasar los inmuebles con más de 25 años de antigüedad.

El primer capítulo que trata la guía es el de la constitución de una comunidad de vecinos, sus derechos y deberes; y en el resto de apartados ofrece una serie de informaciones y herramientas prácticas para intentar lograr que el lugar en el que vivimos sea un espacio donde tejer una buena relación ciudadana.