El departamento de Parques y Jardines tuvo que talar ayer una de las palmeras de la plaza de la Llotja, porque estaba afectada por el picudo rojo. El árbol era uno ubicado frente a la entrada del edificio gótico y padecía la enfermedad en la que el citado insecto infecta el tronco, como sucede en las palmeras datileras, "hecho que suponía un peligro, porque se podía romper", según explicaron desde la concejalía de Infraestructuras.

Descubrieron el problema en una inspección preventiva, ya que "durante años la palmera ha estado sometida a análisis para controlar su crecimiento", como añadieron los especialistas de Parques y Jardines. "Su altura e inclinación y su ubicación en un lugar muy transitado hacían que, cada cierto tiempo, y a medida que el árbol se iba desarrollando, se realizasen estudios de estabilidad y cálculos de su estructura para saber si suponía un peligro para los viandantes". El picudo se detectó tras caerse una palma.