La recompensa mereció la pena y la treintena de participantes en la primera edición de la Toma de Isla Galera conocieron de la mano de los expertos los importantes hallazgos arqueológicos en este islote de Can Pastilla. Para salvar los 150 metros de distancia entre el Caló de Son Caios y sa Galera, se valieron de típicas colchonetas de souvenir, modestos churros de colores, ´donuts´ individuales o dobles, barquitas hinchables y hasta una tabla de pádel surf. No participaban en una carrera, sino en "un desembarco pacífico" para "hacer el náufrago un rato", como dicen los organizadores en el blog que han creado sobre el barrio, Can Pastilla 07610.

El "ejercicio arqueonatatorio" -así lo llaman- comenzó a las 11 horas de ayer con un bocinazo desde el llaüt Xisca y en solo diez minutos casi todos se encontraban a los pies del islote. Tras ascender la pequeña pendiente, llegaron a un yacimiento púnico-ebusitano en el que les esperaban Ramón Martín y Jorge Argüello, quienes llevan desde 2012 excavando en sa Galera y encontrando auténticos tesoros, como "un pozo funerario cavado en la roca que es único en todo el Mediterráneo", destacan los arqueólogos.

Jarras y ánforas

En el fondo del pozo hallaron una jarra ebusitana (de Eivissa) con un cuerpo humano incinerado y, por el tipo de recipiente, calculan que era de los momentos centrales del siglo III antes de Cristo. Fueron numerosas las explicaciones y anécdotas que contaron, todo ello junto a lo que probablemente fue un centro ceremonial entre el año 300 y el 240 a.C., y destruido en el contexto de la primera Guerra Púnica.

Se podía observar fácilmente lo que aún queda de un edificio de 25 metros cuadrados construido con sillares de marés extraídos de la antigua cantera ubicada en el islote de Cala Estància. Ambos expertos también contaron que, en una tercera fase del yacimiento, sacaron a la luz ánforas grecoitálicas, entre otros materiales, "que permiten explicar una relación dentro de un circuito comercial ya dominado por Roma, vencedora de la segunda Guerra Púnica", en palabras de Argüello.

Los asistentes se empaparon de conocimientos arqueológicos con todos estos hallazgos y los de las fases posteriores, y volvieron a mojarse para regresar a la costa en sus colchonetas, ahora sabiendo que en el islote de sa Galera está la historia de Mallorca.