La autoorganización vecinal vuelve a triunfar en Corea ante la falta de actividad de la administración pública. Un grupo de residentes en el barrio limpió las zonas comunes de la barriada hace unos días. Y lo hicieron por su cuenta, porque la empresa pública Emaya no limpia en las zonas comunes de los edificios del Camp Redó.

Una decena de vecinos voluntarios se armaron con palas, escobas y sacos para retirar de las explanadas la hojarasca, las malas hierbas y la suciedad.

Según explican los propios residentes, recogieron escombros de obra, ratas muertas, latas, plásticos y otra clase de basura. Pero lo que más les preocupó fue la presencia de jeringuillas, ya que es un lugar que habitualmente utilizan los niños para correr y jugar.

Los vecinos denuncian que es habitual ver a usuarios del dispensario de metadona y también a personas con problemas de alcohol, y les acusan de ser una de las fuentes de insalubridad de estos espacios comunes. "Faltan medios de limpieza y cubos de basura, además de un poco de control municipal", afirma Víctor Manuel Blázquez, residente en el Bloque XII de Corea.

Desde el Ayuntamiento argumentan que no pueden limpiar en las zonas comunes del barrio porque en realidad es suelo de propiedad privada. Por ese motivo, los barrenderos de Emaya deben considerarlo como si fuera un edificio particular.

El director general de Vivienda de Cort, Francisco Cifuentes, aseguró que el equipo de gobierno está tratando de buscar una solución para mejorar la limpieza en la zona de Corea. Una de las alternativas que están estudiando sería firmar un convenio con los vecinos para que el consistorio pase a gestionar esos terrenos. De ser así, las brigadas de Emaya tendrían permiso para entrar a limpiar. Esta fórmula ya se empleó en el barrio durante el mandato de Aina Calvo y también se usa en otros barrios como Verge de Lluc o Son Gotleu.