El inspector que ayer ingresó en prisión, Juan L. L., acumuló una veintena de expedientes tras su paso por la comisaría de la Platja de Palma y la Unidad Nocturna.

Según publicó este diario en su momento, al agente le abrieron una docena de expedientes en su etapa al frente de s'Arenal. De todos ellos, solo uno prosperó y se convirtió en una sanción. En 1997 ya fue suspendido de empleo y sueldo por comer de forma gratuita en varios balnearios de la Platja de Palma, una conducta que estaba prohibida por la normativa policial.

Al inspector también le acusaron de utilizar uno de los vehículos policiales como sauna. Según el relato de los denunciantes, aparcaba el coche al sol y salía del interior del vehículo horas después cuando ya había sudado lo suficiente. Sin embargo, esta acusación no pudo ser probada y el expediente fue archivado.

Al reincorporarse al trabajo tras la suspensión, se encargó de la Unidad Nocturna y en esa época le incoaron al menos otros seis expedientes disciplinarios, uno de ellos muy grave.

Por ejemplo, fue acusado de conceder a varios agentes días libres que no estaban regulados en el convenio colectivo. En otra de las faltas que se investigaron habría hablado de malas formas hacia un inferior. También fue investigado por dirigirse por escrito a la alcaldesa Catalina Cirer sin seguir los trámites reglamentarios. En el expediente muy grave, le acusaron de haber pedido copia sin permiso de unas grabaciones de la emisora del 092.