Los cuatro centros de acogida que dependen del Ayuntamiento de Palma hospedarán todo el tiempo que sea necesario a los vecinos que no tengan un nuevo domicilio tras el desalojo que tuvo lugar el pasado jueves en la finca de la calle de Rafel Lluís Blanes, número 8.

Según informó ayer el consistorio, los servicios sociales de Cort están atendiendo a 34 vecinos de las 21 viviendas que conformaban el bloque de pisos, aunque puede ser que la cifra de personas afectadas se eleve porque algunos residentes estaban de vacaciones durante el incidente.

Los servicios sociales llamarán a todos los moradores para ofrecerles sus servicios, ya sean ayudas económicas para alimentación u otras soluciones temporales. Los centros de acogida y el convento de la Fundació Sant Joan de Déu, en la calle de Eusebi Estada, permitirán que los vecinos puedan vivir allí si lo necesitan.

La regiduría de Bienestar Social estará coordinada con el área de Urbanismo para conocer los plazos de la reforma del bloque. Después del apuntalamiento, que comenzará mañana o el viernes, se deberán hacer obras de reparación en el inmueble. Por ello, también han implicado a los responsables de Infraestructuras para que los vecinos puedan guardar sus muebles en algún trastero municipal mientras dura la reforma.

La regidora de Bienestar Social, Mercè Borràs (Més), afirma que los diferentes equipos de funcionarios están llevando a cabo valoraciones personalizadas de cada caso para poder una respuesta adecuada a las necesidades de cada afectado.

"Ninguna persona ni familia quedará desatendida. Es una prioridad desde mismo día del desalojo. Estamos realizando una atención personalizada, analizamos caso por caso qué necesidades tienen y como los podemos ayudar", explicó la concejala.