El Ayuntamiento de Palma intentó eludir el pago de una indemnización y al final la jugada le va a salir cara. Una ciudadana se cayó en una calle de la Vileta y se partió la muñeca. Cort se negó a pagar, pero un juzgado obligó a la institución a abonarle 21.000 euros. El consistorio palmesano la acusó de mentir y recurrió la sentencia. Y al final no serán 21.000 euros, sino que la sanción se ha visto elevada en un 75%: la vecina lesionada recibirá 36.000 euros en compensación.

La Audiencia Provincial de Palma acepta por completo los argumentos de la mujer demandante y ha rectificado la primera sentencia, que Cort recurrió aunque era más favorable a los intereses del consistorio palmesano.

Los hechos se remontan a febrero de 2008. Francisca, una vecina del barrio de la Vileta, salía de casa y se dirigía a su coche. Cuando caminaba por la calle de Santa Ponça, a la altura del número 31, se cayó al suelo, se rompió la muñeca y se lesionó el omóplato y varios músculos de la espalda y del hombro. En la acera faltaba una baldosa y la mujer, que no vio el agujero, metió el pie dentro.

Por culpa del golpe, estuvo dos días ingresada en el hospital y dieciocho meses de baja. En total, un año y medio para curarse de las lesiones. Le han quedado secuelas: cicatrices y problemas para mover el hombro y la muñeca.

Poco después la mujer presentó una reclamación al Ayuntamiento, que ni tan siquiera le respondió. En junio de 2008 llevó al caso a los tribunales -representada por el abogado Manuel Molina- para conseguir que la administración pública la indemnizara de las heridas y las secuelas. Solicitó 36.000 euros, porque la mujer entendía que es responsabilidad de Cort mantener en buen estado las aceras públicas.

Dos testigos corroboraron la versión de la víctima. Fueron dos personas que la asistieron después del accidente. No vieron la caída, pero oyeron cómo gritaba la mujer y luego la vieron "dentro del agujero". Según declararon, el hueco de la acera donde faltaba la baldosa estaba tapado por "hojarasca y suciedad", por lo que no se podía observar "a simple vista" que existía un desnivel.

La primera sentencia dio la razón a la víctima, pero solo de forma parcial. El fallo judicial aseguraba que la víctima no había tenido el cuidado suficiente para evitar la caída. Condenaban a Cort a pagarle el 60% de la indemnización solicitada: unos 21.000 euros. El Ayuntamiento no estaba conforme. Recurrió la sentencia. Acusó a la vecina de mentir, afirmó que el accidente era culpa exclusiva de ella y alegó que el juez no tuvo en cuenta las lesiones previas de la víctima.

Con gran dosis de cinismo, los abogados municipales afirmaron que "solo un caminar distraído justifica una caída ante un desperfecto en la acera tan evidente". De esa forma, el consistorio quería achacar la responsabilidad al 100% a la mujer de haberse caído.

La segunda sentencia, emitida por la Audiencia Provincial, afirma que "quien camina lo ha de hacer con la tranquilidad y confianza de que [la acera] se encuentra en las condiciones adecuadas para su función".

El tribunal entiende que para caminar por una acera no es necesario "extremar el cuidado" y considera que no hay culpa de la víctima. Por tanto, la Audiencia eleva la indemnización hasta los 36.000 euros que pedía inicialmente Francisca y también condena a Cort a que pague las costas.