La empresa municipal Emaya tiene guardado en el cajón un proyecto consistente en crear una planta hidráulica con el fin de aprovechar la energía que se produce con el salto de agua de 500 metros desde Cúber hasta unos 200 metros de altitud en Lloseta. El nuevo equipo político estudiará si es una inversión prioritaria, ya que costaría unos 12 millones de euros.

La propuesta técnica requiere renovar los cinco kilómetros del inicio de la tubería de hormigón de los años 70 por una de hierro para que aguante la presión de los ocho millones de metros cúbicos que bajan a Palma anualmente, tal como detalló el director de Aguas de Emaya, Llorenç Mestre. Y después habría que construir la planta hidráulica.

La presidenta de la emprea municipal, Neus Truyol, debe decidir los próximos meses qué proyectos son prioritarios para "elaborar un plan de inversiones a cuatro años, pero con una visión estratégica a largo plazo, para decidir qué infraestructuras son más necesarias, ya que también hay que renovar canalizaciones y los contenedores de basura".