El bar chill out del fortín de Sant Carles sigue abierto. Aunque el Ayuntamiento de Palma ha dictado una orden de cierre contra el establecimiento del dique del Oeste, y pese a que Cort ha constatado que no tienen licencia de obras ni de actividad, el bar todavía funciona con normalidad.

Los agentes de la Policía Local de Palma se personaron ayer en el Lolita Beach Club hacia las 10 de la mañana con la intención de precintar el establecimiento. Allí les esperaban los propietarios y el abogado del bar con la intención de evitar la clausura de su flamante negocio. Los dueños del Lolita han realizado dos maniobras que podrían retrasar o evitar el cierre del bar.

Por una parte, han presentado una declaración responsable de actividad, una figura que viene a sustituir la licencia de actividad y en la que el empresario argumenta que cumple la ley. Sin embargo, eso no quiere decir que tengan licencia, sino que ahora Cort debe comprobar si el bar cumple la normativa.

Por otra, han presentado un recurso contencioso-administrativa contra el consistorio. En su demanda judicial han pedido una serie de medidas cautelares para mantener el bar abierto. Le han solicitado al juez que no se precinte el establecimiento hasta que se dicte sentencia sobre si la orden de cierre es válida.

Durante tres horas los agentes de la Patrulla Verde revisaron la nueva documentación que les presentó el bar. Estos papeles no estaban en poder del Ayuntamiento, ya que los dueños del chill out los enviaron a través de correo administrativo (en vez de presentarlos en el registro del consistorio). Los funcionarios de Cort ignoraban hasta ayer la existencia de esta denuncia.

Desde la Patrulla Verde argumentaron que si hubieran tenido toda la documentación habrían procedido al cierre del local.

El regidor de Urbanismo de Cort, Antoni Noguera (Més), explicó a este diario que ha convocado una reunión para este lunes en la que participarán técnicos de su departamento y de la Policía Local para analizar la declaración responsable de actividad que presentaron el viernes por la tarde y determinar si se mantiene la orden de cierre.

El propietario del bar, el peluquero Antonio Bottino, aseguró que tienen "todos los papeles en regla" y que "están viviendo una película de terror" en su contra.