­La tranquila calle Bartomeu Xamena lleva un mes en obras y los residentes están hartos del polvo y ruido que provocan en plena canícula. No entienden por qué Emaya ha comenzado los trabajos de canalización de la red de aguas sucias durante la época veraniega, cuando está prohibido hacer obras en zonas turísticas. Además, se quejan de que no pueden acceder en coche a sus viviendas, debido a que la antaño llamada Arenas de Bilbao está cortada al tráfico, así como las vías transversales.

La calle ubicada en la zona de Sometimes, en la Platja de Palma, fue polémica hace cinco años porque el Ayuntamiento cambió el antiguo topónimo, por lo que numerosos vecinos protestaron y recogieron más de 75 firmas en contra. Todavía tienen la espina clavada, que algunos califican de "auténtica puñalada", como dice una vecina. Los residentes consultados por las obras no se olvidan del polémico cambio de nombre y piden al nuevo equipo de gobierno de Cort que vuelva a implantar el originario.

En cuanto a los trabajos de sustitución de tuberías, Emaya afirma que se realizan "por la vía de urgencia para prevenir posibles averías en una infraestructura con más de 40 años de servicio". La renovación de 1.380 metros de conducciones se lleva a cabo por tramos y la semana pasada finalizó el primero, desde la estación de impulsión situada enfrente del hotel Royal Cristina hasta la confluencia de Bartomeu Xamena con la calle Veracruz. La segunda fase tiene levantada la calle hasta Acapulco y se prevé que las obras duren tres semanas. El mismo periodo contemplan los técnicos en el tercer tramo, por lo que las nuevas canalizaciones se instalarán en pleno agosto, esta vez en un tramo de la calle Acapulco. Todo ello forma parte del proyecto de sustitución de la tubería de impulsión que llega a la estación de la calle Parcelas.

Las quejas vecinales

"Hace tres años que la empresa municipal tiene conocimiento de que las conducciones de aguas residuales están mal, ya que introdujeron una especie de robot en el interior de la tubería para ver cómo estaba, debido a que se producían fugas y roturas", detalla Lorenzo, un vecino que critica el inapropiado momento para realizar la sustitución. Se pregunta "por qué no lo hicieron hace un año, cuando hubo obras de mejora de aceras y asfaltado de la calle". Afirma que "podrían haber aprovechado para hacerlo todo al mismo tiempo". El coste del proyecto actual asciende a casi un millón de euros, tal como informó Emaya.

Los residentes Maria, Rafel Llabrés, Toni Canyelles y Amalia Gallardo comentan en corrillo que el motivo de ejecutar ahora esta actuación es porque, tras la ampliación en una planta del hotel Royal Cristina, se han dado cuenta de que la vieja tubería de aguas sucias no aguantaría la presión de los sanitarios de las nuevas habitaciones.

Sin embargo, tanto desde la empresa municipal como desde el establecimiento turístico lo niegan tajantemente. Otra queja hacia el hotel es que "ha cerrado el paso público peatonal situado en la calle Deià, que comunicaba con Acapulco. Cada manzana tiene una salida de este tipo y aquí la han eliminado", lamentan. De las obras, denuncian por último la doble vara de medir de Cort al permitir esta canalización y no dejar que los particulares hagan reformas en verano.