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Palma a la vista

Quesada da "125 pasos"

Isabel Quesada está radiante. Se alegra del desplazamiento "125 pasos" de Quesada. L.D.

Isabel Quesada ni quiere ni puede ocultar su alivio y ahora ya alegría. Tapicerías Quesada, el negocio familiar que abrieron sus abuelos Isabel Concepción Fuentes y Joaquín Quesada, podrá celebrar sus 125 años. Seguirá siendo el negocio de revestimientos más longevo de Palma.

La sombra de la guadaña estuvo cerca pero tras largos meses de negociación, se alcanzó un acuerdo que satisfizo a las partes. Quesada dejó el local del passeig del Born y se ha mudado "125 pasos", subraya Isabel. Un "guiño" a los nuevos tiempos de uno de los comercios de más solera de una ciudad en permanente trasiego. El Born de hoy ya no es aquel paseo de salón, ya no es el que fue. "Es otra cosa", ratifica Isabel.

Desde hace poco más de una semana, habitan en la calle Montcada, esquina con Concepción. Ella, junto a su hermana Maneno, regenta un espacio que es pecera. Las telas han cobrado luz. Si el Quesada de los abuelos se envolvía en ambar, en un pequeño espacio desde donde se escribió no solo la historia familiar de los Quesada Fuentes y sus seis hijos, sino de la vida doméstica de muchas casas de la ciudad y la isla, el de hoy, el de las nietas, es de agua.

"Quesada sigue. Solo hemos cambiado de local y seguimos en el centro, en un espacio que fue galería de arte. Como para mí la decoración con textiles es otro tipo de arte, he querido hacer un guiño exponiendo telas de los antiguos damascos de la tienda con los textiles de diseñadores como Manuel Cánovas. Son los cuadros de Quesada", cuenta Isabel elevando la vista al techo.

El blanco de las paredes sirve de marco perfecto para las telas culturas del mundo de algunos diseñadores como Jim Thompson o del editor Pierre Frey o en otro lienzo de pared, los espolines que tenían de fondo de armario en Quesada.

Se ha querido poner de relieve "la conexión entre pasado y presente, entre Mallorca y el mundo. Darle al interiorismo la importancia que tiene. Antes solo la nobleza podía vestir sus casas; hoy todo el mundo lo hace y puede poner su sello personal en el lugar donde vive. Para mí, el hecho de decorar el espacio más íntimo que uno tiene, la casa, es una especie de arte", apunta Isabel.

Sus orígenes familiares se asientan geográficamente en Crevillente. Los abuelos dejaban Alicante y se venían a Mallorca a alfombrar las casas, casales y palaus de la aristocracia mallorquina. Al dejar Levante y trasladarse a la isla, Quesada se convirtió en el mejor bazar de telas con las que embellecer las estancias. Hubo un tiempo, incluso, en que se hicieron muebles. Entre sus clientes, Adam Dielh, o la familia March. Entre las arquitecturas revestidas, el hotel Formentor o s'Avall.

"Los cambios dan vértigo pero enriquecen", dice Isabel. Y total Quesada solo ha dado 125 pasos.

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