-¿Qué hace una persona como usted, que viene de la extrema izquierda, en un partido como Som Palma?
-Bueno, bueno, no será para tanto. De hecho, nunca he militado en ningún partido, ni ahora tampoco milito, aunque sí he sido simpatizante de Izquierda Unida.
-¿Y como acabó en Som Palma?
-Yo estaba como portavoz de Guanyem por ser del grupo promotor de esta plataforma. Queríamos reproducir el modelo de Barcelona en Comú. Un modelo de confluencia política para que distintos partidos de izquierda formalizaran un pacto preelectoral. Personalmente siempre he pensado que, por una cuestión de transparencia, es mejor un pacto preelectoral.
-Y se afilió a Podemos.
-No, no estoy afiliada estoy como independiente. Decidí sumarme al proyecto de Som Palma porque me parecía el más trasparente, el más coherente y el más ciudadano.
-¿Ya no le repugna gobernar con el PSOE?
-El término repugnante yo no lo he utilizado y nunca lo he oido utilizar por gente de Podemos de mi entorno. Es cierto que el PSOE necesita demostrar muchas cosas y los resultados electorales así lo ponen de manifiesto. Personalmente creo que es el momento de que el PSOE aclare que está por el cambio real y que quiere volver a sus orígenes. En cualquier caso, debemos respetar a su militancia. Es cierto que no queríamos gobernar con el PSOE, pero en nuestro programa siempre dijimos que queríamos una Palma del todos incluidos, contra una ciudad del todo incluido.
-¿También incluye al PP?
-También, siempre que se respete nuestro programa y que se tenga claro que las personas están por delante de cualquier otra consideración. Sería fantástico que por una vez tuviéramos una legislatura responsable y que entre todos nos pongamos manos a la obra porque hay muchas cosas que hacer.
-Su sueldo es de 51.200 euros brutos al año y se comprometieron a no cobrar más de tres veces el salario mínimo.
-No tengo ni idea.Pero le puedo decir que no voy a cobrar más de tres veces el salario mínimo interprofesional, que es un sueldo de lujo (1.950 euros al mes). Es hora de que los demostremos que estamos en política por una cuestión de servicio público. Una parte del sobrante del sueldo irá para las necesidades del partido y el resto a organizaciones sociales, que se determinarán en asamblea pública.
