El equipo de gobierno de Cort sigue trabajando en la derogación de la polémica ordenanza cívica, aunque todavía no ha definido cómo sustituirá algunos aspectos de la normativa.

La portavoz del consistorio, Neus Truyol (Més), explicó que una de las opciones que se están barajando es "recuperar y actualizar" la ordenanza antibotellón que se aprobó a finales del mandato de Aina Calvo. "Muchos vecinos nos han manifestado su preocupación porque haya un vacío legal para sancionar el botellón, en caso de que se derogue la ordenanza cívica", agregó la regidora econacionalista. El otro aspecto que Cort quiere seguir persiguiendo es el trile, para lo que haría falta una nueva norma.

En cambio, el equipo de gobierno anunció ayer que será laxo en la persecución de otras infracciones que marca la ordenanza cívica. "No daremos instrucciones para multar a ciertos colectivos, como los músicos o artistas de calle o los vendedores ambulantes. Eso no quiere decir que no haya multas mientras siga vigente la norma, pero no se harán controles exhaustivos", apostilló Truyol.