El nuevo Ayuntamiento tiene por delante cuatro años de mandato, pero deberá hacer frente cuanto antes a una serie de problemas perentorios que se va a encontrar. El que más llama la atención es el Palacio de Congresos, una infraestructura que debería ser un polo de atracción turístico y lleva años convertido en un monstruoso esqueleto de metal y hormigón, y sigue pendiente de una adjudicación que se antoja peliaguda. Pero probablemente no es la cuestión que más preocupa al ciudadano de a pie, que se encuentra con una Palma sucia, pese a pagar unos impuestos municipales que en algunos casos se han elevado más de un 30% en los últimos años. Vecinos de una ciudad eminentemente turística, pero que ven que s'Arenal sufre una degradación constante sin que los políticos hayan hecho nada para evitarlo, salvo permitir a los hoteles que se reforman crecer dos plantas. Muchos palmesanos han asisitido además con indignación a los escándalos de corrupción que han salpicado a la Policía Local y a proyectos urbanísticos, como la ampliación de los puertos de Palma y del Molinar, que ponen en peligro las características y la fisonomía de la ciudad.

Palacio de congresos: sin adjudicatario tras gastar más de 110 millones de euros

El Palacio de Congresos había sido una antigua aspiración política durante las últimas décadas. Se veía como una oportunidad de oro para romper la estacionalidad. Sin embargo, el que debía ser el inversor privado, el Grupo Barceló, abandonó el proyecto una vez iniciadas las obras. La falta de financiación provocó que la construcción estuviera paralizada durante dos años, provocando una pésima imagen en la principal entrada de la ciudad y elevando su coste a una cantidad que oscilará entre los 110 y los 135 millones de euros, y que tendrá que ser aportada íntegramente por las instituciones públicas. La adjudicación a Barceló en el último concurso, con una opción de compra del hotel por 40,5 millones, provocó una reacción indignada de la oposición, que recurrió al considerar que había informes desfasados, lo motivó que se anulara. Se trata de la primera patata caliente con la que se encontrará el Ayuntamiento.

Urbanismo: pendientes del nuevo PGOU y los proyectos de puertos

Durante el anterior mandato los planes de ampliación de los puertos de Palma y el Molinar provocaron una fuerte reacción ciudadana, al considerar que son excesivos y que ponen en riesgo la esencia de las barriadas afectadas. El Consistorio tiene pendiente la redacción de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana y se ha comprometido a preservar lugares amenazados por la especulación, como es Jonquet, y desarrollar ejes cívicos en Son Gotleu y Pere Garau. Y tendrán que decidir qué hacen con el embaldosado de la Plaza de España, sometido a una chapuza constante.

Policía Local: urge recuperar el prestigio perdido tras los escándalos

La Policía Local fue una de las grandes apuestas de Mateo Isern, que pretendía que asumiera más competencias en seguridad, y se convirtió en un lastre. Relegó de forma injustificada al intendente jefe tres años antes de su jubilación, y tuvo que recurrir a él de nuevo cuando el jefe que había impuesto se vio envuelto en una oscura trama de amaños de exámenes para colocar a policías afines en puestos clave. Resultado, tres jefes en cuatro años. Además le explotó en las manos la trama de la corrupción de la Playa de Palma, con policías a sueldo de empresarios de la noche, donde ha llegado a estar imputado el mismo concejal de Seguridad. Urgen cambios en el cuerpo para recuperar el prestigio perdido.

Limpieza: un presupuesto de 111 millones que no se ve en las calles

Palma está sucia. Algo sorprendente cuando Emaya cuenta con un presupuesto para este año de 111 millones y unos 1.300 empleados. Asociaciones vecinales se han quejado de que el Ayuntamiento centraba los trabajos de limpieza en las calles del centro y tenía abandonado el resto. El plan de choque de limpieza es otra de las prioridades del Pacto.

Zonas maduras: las reformas de hoteles no bastan para cambiar el modelo

Los grandes proyectos para regenerar zonas turísticas maduras, como s'Arenal, han quedado en nada. El PP apostó por incentivar las reformas de hoteles autorizando subir dos plantas a los establecimientos, pero no ha servido para mejorar el modelo turístico de la zona.

Servicios sociales: necesarias medidas urgentes para personas desasistidas

Otra patata caliente. Las ayudas económicas urgentes se han incrementado, pero cada vez hacen falta más. Pasa lo mismo con las partidas para comedores y para los afectados por los desahucios.