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Palmario

Ni Navarro en persona es capaz de poner orden

Guillem Navarro observando a los vendedores.

a venta ambulante de plagios de bolsos de marca y otros objetos se ha hecho fuerte en los accesos de la plaza Major desde la calle Sant Miquel y la plaza Marqués del Palmer. Los vendedores han puesto a punto un complejo sistema de vigilancia que les avisa de la presencia de los agentes de la Policía Local y, en la mayoría de las ocasiones, abandonan corriendo los puestos de venta, con sus mantas y mercancía a la carrera. Se ha intentado por distintos medios sin conseguirlo erradicar esta venta, que es motivo constante de queja por parte de las asociaciones de comerciantes. Solo cuando una patrulla de la Policía Nacional o de la Policía Local permanecen apostadas en la Plaza Major, los vendedores ambulantes desaparecen y se esconden.

Juego del gato y el ratón. Cuando los agentes abandonan el lugar, en cinco minutos los puestos improvisados de venta están otra vez operativos. Ni el mismísimo concejal de Seguridad Ciudadana, Guillem Navarro, puede con el fenómeno. Como pudo comprobar ayer personalmente, cuando sobre las 11.30 horas de la mañana se encontraba en la Plaza Major observando el espectáculo de la venta ambulante. Al parecer la patrulla policial de servicio en la zona había sido requerida para una actuación más urgente y los vendedores expusieron su mercancía ante sus mismísimas barbas. Nadie les importunó, durante el resto de la mañana, puesto que a las 13,30 horas, no sólo había vendedores en el acceso a la plaza Major por la de Marqués del Palmer, sino que también se habían apostado debajo de las arcadas que comunican con la calle Sant Miquel. Entre ambos sitios se podían contabilizar hasta trece puestos improvisados de venta.

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