Varios de los policías locales que están siendo investigados por actuaciones corruptas, controlaban desde hacía más de diez años los servicios de seguridad de locales de ocio, tanto de la Playa de Palma como del Paseo Marítimo. De hecho, estaban contratados por los principales empresarios de sector.
La principal sospecha pivota sobre Nicanor G. Se trata de un oficial de la Policía Local, conocido como "el poli de la radio" (intervenía en un programa local cada semana), que fue detenido por su relación con la organización de los Ángeles del Infierno. Este mando policial trabajaba en el servicio nocturno y se encargaba sobre todo de la zona del Paseo Marítimo. Pero además de su trabajo como funcionario policial desarrollaba otras actividades. Una de ellas era el control de los servicios de seguridad de dichos locales. Situaba a personas de su máxima confianza en las puertas de estos negocios, que solían ser sobre todo compañeros policías. Nicanor era quien concretaba el servicio con el empresario y, sobre todo, el salario. Se encargaba de cobrar y entregar la parte correspondiente al policía al que había proporcionado este empleo. Varios de estos policías ya han declarado ante la juez Carmen González, que investiga las prácticas irregulares de este grupo de policías de Palma. Estos testigos que desarrollaron estos trabajos de seguridad, han confirmado que la persona de contacto era el citado Nicanor, si bien otro agente, Daniel M. (implicado en el caso de las oposiciones amañadas) también participaba en el mismo negocio. De hecho, Nicanor y Daniel eran amigos íntimos, según han confirmado los testigos interrogados. Se les ha visto en más de una ocasión visitando los prostíbulos, no para mantener relaciones sexuales con las chicas, sino para hablar con los propietarios. Los investigadores tienen pruebas de que estos policías se encargan de organizar los cuadrantes de seguridad de estos negocios nocturnos.
Pero el servicio de seguridad no era el único negocio que tenían estos funcionarios investigadores. También se encargan de instalar cámaras de seguridad en determinados locales, contratar personal, servicio de limpiezas, seguros, sistemas de refrigeración y mantenimiento. Muchos de los empresarios conocían perfectamente que contrataban estos servicios a policías locales, ya que supuestamente a cambio recibían un trato preferente, como podía ser recibir un aviso cuando se preparaba una inspección en su local.
Casualmente, el citado Nicanor, tenía encomendada la tarea de realizar inspecciones en los negocios nocturnos de la zona del Paseo Marítimo. En alguna de estas diligencias iba acompañado por inspectores de sanidad. Sin embargo, nunca se inspeccionaban los locales que le habían contratado para organizar los servicios de seguridad.
No eran los únicos policías que mantenían una estrecha relación con los empresarios. Se ha demostrado que algunos funcionarios policiales no pagaban, ni las copas, ni los servicios sexuales, en algunos clubes de alterne del Arenal. De hecho, uno de ellos iba cada día a mantener relaciones gratuitas. El precio de cada relación sexual ronda los 300 euros.
