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Análisis

Las piscinas municipales suspenden en calidad del agua por un exceso de cloro

Según Cort, la presencia de orina y sudor de los bañistas aumenta los restos de cloro residual - Los análisis de Cort de 2013 señalan que el 70% de muestras no cumplen la normativa - Los controles negativos se han disparado en los últimos cinco años

Las piscinas municipales suspenden en calidad del agua por un exceso de cloro

El agua de las piscinas municipales no pasa la prueba del algodón. Casi todas las piletas de los polideportivos del Institut Municipal de l'Esport (IME), organismo público dependiente del Ayuntamiento de Palma, suspenden en calidad del agua. En la mayoría de casos se debe a un exceso de cloro residual que queda en la zona de baño. Solo dos recintos cumplen la normativa a rajatabla: las piscinas exteriores de Son Hugo y la piscina de Sant Jordi.

El laboratorio del Ayuntamiento elabora anualmente numerosos controles sanitarios. Entre ellos, está el chequeo de las aguas de baño de las playas y de las piscinas del IME. Sin embargo, en los últimos años se han reducido el número de análisis porque les han recortado el presupuesto.

Según las estadísticas del año 2013, que se hicieron públicas esta semana, el 70% de muestras de las piscinas municipales no cumplieron con la normativa que entonces estaba vigente. Entonces se realizaron 80 controles a las once piletas de los polideportivos municipales (Son Moix no se incluye, porque todavía estaba cerrada). En ningún caso la salud de los usuarios ha estado en riesgo.

Las piscinas con peores resultados fueron Sant Agustí, las dos del Germans Escalas, s'Estel y la Antoni Servera de s'Arenal. Todas ellas vulneraron la normativa de calidad de aguas en alrededor de un 90% de los controles.

El principal motivo de la baja calidad de las aguas -indica el laboratorio municipal- se debe al exceso de cloro residual combinado. Son los restos de cloro que se acumulan en la zona de baño a lo largo de la jornada. Se trata de una sustancia generada por la mezcla de cloro con la orina y el sudor.

Incontinencia e incivismo

Desde el IME señalan que en algunos casos la presencia de orina en las piscinas se debe al incivismo, aunque también hay que tener en cuenta la incontinencia de los niños y las personas mayores. El sudor aparece en las piscinas por la falta de higiene o porque los usuarios no se duchan antes de comenzar a nadar.

El resultado es que el cloro combinado resulta difícil de eliminar y filtrar, y obliga a renovar más agua de las piscinas cada día, lo que es una solución cara y poco ecológica.

El resto de controles negativos son achacables a la falta de cloro limpio o a la presencia de bacterias. Sin embargo, la concentración de estos microorganismos era tan reducida que en ningún caso hizo falta clausurar las piscinas.

La mala calidad del agua de las piscinas municipales ha ido al alza durante la presente legislatura. Según los datos del laboratorio de Cort, en 2009 hubo un 35% de análisis que incumplían la normativa. En 2010 se elevó al 48%. En 2011 creció hasta el 50%, un 54% en 2012 y se disparó hasta el 70% del año 2013.

"No es un dato alarmante"

El gerente del IME, Antoni Ramis, señala que la baja calidad del agua "no es un dato alarmante ni perjudicial para la salud; los parámetros se podrían duplicar y no serían nocivos para los usuarios, porque la norma es muy restrictiva".

Ramis explica que el agua de las piscinas recibe diferentes tratamientos para controlar su estado. El cloro se aplica para evitar infecciones. También se utilizan productos químicos para rebajar la acidez del agua (conocida como pH). Toda la piscina se filtra constantemente para eliminar partículas sólidas. Además, el agua se va renovando en un porcentaje cercano al 5% diario (por tanto, toda el agua es nueva tras veinte días).

El IME realiza mediciones diarias del agua y publica sus resultados en los tablones de anuncios de las piscinas para que los usuarios los puedan comprobar. El gerente agrega que encargan análisis externos -"por si fallasen nuestros equipos de medición", manifiesta- y también controlan la calidad del aire, pese a que la normativa no les obliga.

Sobre la presencia de bacterias, Ramis apunta que los análisis de Cort señalan "pequeños brotes que se resuelven fácilmente con un tratamiento puntual". "Si fuese peligroso, se precintaría la piscina al momento", afirma.

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