Los propietarios de pequeñas embarcaciones que tenían un amarre público en el pantalán de San Pedro se han encontrado con que no pueden entrar en su barco. La cerradura de la puerta para acceder a esta plataforma flotante ha sido cambiada. La Autoritat Portuària ha cedido el pantalán de gestión directa al Real Club Náutico de Palma (RCNP), por lo que los amarres han dejado de ser públicos. El nuevo gestor sustituirá la actual pasarela para barcos de hasta ocho metros de eslora por 54 amarres para embarcaciones de 12 a 15 metros.
Actualmente, hay 65 amarres, de los que 22 están ocupados por una compañía chárter y el resto fueron asignados a quienes se apuntaron a la lista de espera de la Autoritat Portuària para optar a un amarre de base para embarcaciones de recreo, que se caracterizan por no permitir más de ocho metros de eslora y tener un precio más reducido que los de los clubes o marinas privadas. Por tal motivo, son muy solicitados y hay que esperar años hasta lograr uno.
Ahora 43 amarristas se han quedado sin esa ventaja, porque "solo tienen derecho de amarre mientras haya disponibilidad de espacio. Cuando el puerto los necesita, deben abandonarlos, porque no son suyos", según el portavoz del organismo estatal. Añadió que la cesión se debe a que "el RCNP solicitó la anexión del pantalán de San Pedro a su concesión y fue aprobada por el consejo de administración de la Autoritat Portuària porque esta zona ha dejado de ser de interés público". En 2012, el gerente del Club Náutico de Palma, Jaume Carbonell, manifestó que tenían una lista de espera de socios con barcos de esloras entre 12 y 15 metros, por lo que desaparecerá gracias a la ampliación de las instalaciones.
El precio casi se triplica
Si los amarristas del pantalán de San Pedro, situado en la plaza del mismo nombre, quieren tener un puesto en el RCNP, "tendrán que pagar las tarifas del club en función de la eslora y manga de la embarcación", indicaron. Una de siete metros desembolsa en la actualidad 1.200 euros al año al organismo portuario y, cuando finalicen las obras del nuevo pantalán, la tarifa aumentará hasta los 3.500 euros anuales, lo que supone que el precio casi se triplicará.
La construcción que llevará a cabo el nuevo gestor comenzará a mediados de octubre y durará unos cuatro meses. Durante este periodo de tiempo "se ofrece a los usuarios del pantalán flotante la posibilidad de quedarse en el club pagando un 50%", sin contar el IVA ni los suministros y tasas de la Autoritat Portuària. A partir de entonces, las tarifas serán las habituales del club.
Desde el RCNP no se hacen responsables de la situación de desamparo de estos usuarios, ya que entienden que "el amarrista que ocupaba un puesto público sigue conservándolo y que, por tanto, puede ser recolocado en otro puerto de gestión directa en las condiciones que establezca la administración". Así lo consideran también los afectados, aunque el organismo estatal les ha dejado claro que no les cambia a ningún otro amarre público.
Las obras del Club Náutico costarán 1,5 millones de euros y consistirán en la construcción de un pantalán de 165 metros de largo por ocho de ancho -ahora el flotante tiene 2,5 metros- en el que se ofrecerán los servicios de agua, electricidad, iluminación, seguridad y marinería.
Por otra parte, el consejo de administración de la Autoritat Portuària también ha autorizado al RCNP a instalar un pantalán flotante en el muelle N01, que se prolongará hasta los 40 metros.
