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Sa Torreta

La Palma de ayer en la calle Catany

Una calle de los vecinos y para los vecinos.

La calle Catany rinde homenaje en su nombre al fundador de Hospital General. Sin embargo, si uno asciende las escaleras que caracterizan esta vía breve se da cuenta de que es distinta a las del resto de la ciudad. Aquí se extiende la sensación de que las relaciones son aún las de la Palma provinciana, plagada de apellidos mallorquines y en la que todos sus habitantes se conocían entre sí. Don Joan saludaba a don Jaume y le preguntaba por la familia. Don Jaume le contestaba y, además, le informaba de que don Rafel acababa de regresar de Barcelona.

La calle era de las personas. Como lo es Catany. Por eso sus vecinos la cuidaban ­-la calle- como si fuera una estancia más de su hogar. En Catany perdura esta sensación añeja. A izquierda y derecha de los peldaños se suceden yucas, palmeras, potos y toda clase de plantas que aportan una calidez inédita en el resto de la urbe. Las plantan, las riegan, retiran las hojas muertas y las disfrutan. La vía pública es una prolongación de la vivienda. No conozco a ningún residente, pero estoy convencido de que el del número 2 se preocupa por la salud del que mora en el número cuatro, quien, a su vez, se asombra por lo rápido que están creciendo los hijos del vecino de más arriba.

La calle Catany enlaza la del Jardín Botánico con Pietat. Antiguamente fue conocida como Costa Empedrada de l´Hospital. Fue en 1862 cuando se decidió que rindiera homenaje a Bartomeu Catany, el franciscano que en el siglo XV unificó los centros sanitarios de Palma para fundar el Hospital General. Se le considera un gran predicador, taumaturgo, y dada la labor que se le encomendó, también debió ser una persona entregada a los demás y buen organizador.

Los vecinos de Catany demuestran ser un buen modelo de autogestión. Ellos han conseguido que su calle sea distinta a las demás de la capital. Han aplacado la dureza de los edificios de piedra y cemento. Con una dimensión humana. Con las plantas a pie de casa. Un oasis en el centro. Una calle con el aroma de una Palma que ya no existe.

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